El gobierno local no ha renovado a tiempo los contratos de la recogida de basura y el aseo de las calles
26 abr 2019 . Actualizado a las 09:59 h.El desplome de la puntuación de A Coruña en el estudio de la OCU no se explica por una reducción de los fondos o el personal dedicado a la limpieza, que siguen como en décadas anteriores, cuando la ciudad se situaba en la primera mitad de la clasificación. Pero sí ha variado la situación de los contratos que regulan esos servicios, que se prestan en precario desde hace meses o años, lo que ha desembocado en inseguridad jurídica, menor inversión en equipos y una intermitente conflictividad laboral.
Recogida de basuras
Dudas legales. La recogida de basura, al que el Ayuntamiento destina más de 11 millones al año, está sin contrato desde enero del 2017. Esa fecha no cogió por sorpresa a nadie, la fecha de finalización de la concesión estaba escrita en los pliegos anteriores y el gobierno local sabía desde que tomó posesión que debía licitar el servicio, pero no lo hizo.
Como consecuencia, además de problemas jurídicos para pagar las facturas, se han producido continuas interrupciones en la recogida de residuos. La mayoría han sido pequeñas, pero en enero se dejó de recoger la basura casi durante una semana seguida cuando, después de una serie de accidentes laborales, los trabajadores decidieron de utilizar la maquinaria que consideraban insegura por falta de mantenimiento. El gobierno abordó la crisis con la concejala responsable de Medio Ambiente, María García, de viaje en Chipre.
El nuevo contrato, que también incluye la contenerización, está en pleno trámite. No llegará hasta después de las elecciones, y es muy probable que se retrase todavía más, ya que algunas de las empresas contendientes han anunciado que lo recurrirán.
la Limpieza Viaria
Impugnada por la plantilla. La limpieza viaria, que también supera los 11 millones anuales, está en una situación incluso más complicada. El servicio se presta sin contrato desde verano del año pasado. Una vez más, el gobierno local no licitó los nuevos pliegos a tiempo, a pesar de que conocía las fechas de finalización.
Tampoco está claro cuándo se adjudicará el nuevo contrato. El comité de empresa ha denunciado errores en los pliegos, y los tribunales administrativos han ordenado paralizar el procedimiento hasta analizar esas reclamaciones. Si es preciso corregir los pliegos, todo el proceso de contratación deberá volver a comenzar desde el principio.
En todo caso, el actual mandato finalizará con el servicio en precario, financiado mediante el pago de facturas irregulares, igual que la recogida de basura.
La planta de Nostián
Conflicto latente. Algo mejor está la situación contractual en la planta de reciclaje de Nostián. La concesión no finaliza hasta el 31 de diciembre, por lo que el Ayuntamiento todavía tiene tiempo, aunque se está agotando, para tramitar otro contrato en fecha.
Pero el futuro de la planta es complicado. Arrastra una larga serie de conflictos judiciales con la empresa adjudicataria. A ese frente se añade el laboral. La concesionaria y la plantilla no han llegado a un acuerdo para renovar el convenio colectivo. Los trabajadores quieren que esté aprobado antes de que se adjudique el nuevo contrato, ya que de lo contrario quedarán sujetos al marco laboral del sector, que no recoge parte de los derechos que lograron durante las últimas décadas.
El comité de empresa había convocado una huelga indefinida desde el pasado domingo, pero la aplazó hasta el día 30 cuando, tras semanas de silencio, el gobierno local aceptó incluir sus reivindicaciones en los pliegos. Pese a ello, el conflicto aún puede estallar. En las reuniones celebradas esta semana no se ha alcanzado un acuerdo. Hoy tendrá lugar otro encuentro que podría ser clave para el futuro de las movilizaciones.
La ciudad peor puntuada por sus vecinos en la lucha contra las pintadas vandálicas
El estudio de la OCU concluye que el asunto de limpieza peor valorado por los coruñeses es el de la eliminación de las pintadas vandálicas. Le asignan 30 puntos, lo que convierte a A Coruña en la urbe con menor puntuación de las 60 analizadas en el estudio.
La proliferación de las pintadas vandálicas provocó numerosas quejas el año pasado, a medida que se hacía evidente su multiplicación en distintos puntos de la ciudad, especialmente en el casco histórico y en zonas emblemáticas como la calle Real.
En un primer momento, el gobierno local minimizó el problema. El alcalde, Xulio Ferreiro, lo calificó de asunto «mundano» en una rueda de prensa, cuando fue preguntado por la orden a los servicios de limpieza de eliminar las pintadas contra la Marea, que se multiplicaron tras el desalojo de la Comandancia de Obras.
Ante el enfado de los vecinos, que llegaron a organizar jornadas de limpieza en la Ciudad Vieja, el gobierno local cambió su postura y anunció la puesta en marcha de un plan de eliminación de grafitis vandálicos en propiedades privadas. El plan se puso en marcha este año, pero la presencia de pintadas sigue siendo una constante en casi toda la ciudad, y su proliferación no se ha paralizado por completo. Incluso han aparecido pintadas en edificios patrimoniales como la Colegiata o la iglesia de Santiago.