Un repaso a los 13 arenales que pueden disfrutarse sin salir de la ciudad
18 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Hay pocos lugares en el mundo que tengan plantada una playa en el centro de la ciudad. Pero hay muy, muy pocos que puedan decir que tienen 13 arenales rodeando esa misma ciudad para dibujarla como un auténtico paraíso. Yo, de hecho, solo conozco Coruña, para qué negarlo. Y como soy consciente de que este fanatismo puede llevarme a sumar mal, voy a contar una a una las playas que los coruñeses tenemos la suerte de disfrutar y así no me dejo ninguna en el tintero: Riazor, Orzán, Matadero, As Lapas, San Amaro, la cala de Adormideras, Los Moros, As Amorosas (enfrente del edificio Mediodía), Oza, La Cetárea, San Roque, Bens y O Portiño. Casi nada. Trece tesoros que cada uno de nosotros ha descubierto seguramente de manera muy distinta a lo largo de su vida, si es que todavía no nos queda alguno de ellos por conocer. Yo, sin ir más lejos, no he pisado todas estas playas, aunque de algunas creo que he recorrido todos sus recovecos; que a nada que una coruñesa empieza a crecer también va subiendo y bajando las escaleras de manera muy diferente.
Para mí es difícil elegir cuál de todas estas playas es la mejor, porque en ese superlativo absoluto tengo que poner el corazón y dejar a un lado la objetividad que se le presupone a un ránking. Me gusta ver Riazor desde lo alto, pasearla y respirarla como lo hacen todos esos mirones que la observan maravillados sin darle mucha importancia. Para mí Riazor es el aire de Coruña, el emblema, pero reconozco que no le soy fiel. Siento que la tengo cerca, que sin ella nada sería lo mismo, y sin embargo enseguida busco otro horizonte.
El Orzán es la ola de un recuerdo, la risa floja, la humedad de la noche y una playa que pasados los 30 me ha resultado incómoda. A mí el baño en el Orzán me cuesta, aunque su brisa asegura el tono de moreno perfecto, su bronceado tiene pedigrí. Si Riazor es un mírame y no me toques, en el Orzán tocas fondo seguro. Caes en ella sí o sí.
El arenal de As Lapas es tan sobrecogedor, con la Torre haciéndole sombra, que por ese entorno mítico debería estar en el top tres de las playas coruñesas. Su arena fina y su agua extrañamente tranquila le dan esa imagen exótica, tan alejada de la bravura de aquí, que no acabas de creerte que el océano se aplaque al lado de esas rocas tan fieras. As Lapas es un lujo. Como tener a cinco minutos una calita para ti sola. La Cetárea es un escondite único para empezar a desnudarte en las mañanas luminosas, aunque sople Nordés y el tiempo se ponga en contra. Pero si me tengo que quedar con una playa que me lleva la vida esa es Matadero, el mejor arenal no atiende a más razón que recoger la alegría de mis hijos cualquier tarde de un verano que para mí es eterno. Matadero es el muro de la felicidad y en ese rincón de fortuna quiero quedarme. ¿Cuál escoges tú?