Una nueva promoción de estudiantes de 6º de Medicina, formada por 97 jóvenes, inició ayer su último curso en el Chuac. Se hacen llamar «Los 20 atlánticos»
11 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.«Soy la R pequeña», resumía sin poder disimular la alegría Ana Dapena Cuiña. Ella forma parte de los que ya se llaman mir-0 o R-0, a las puertas de ser residentes por iniciar el sexto y último curso de Medicina. Con la joven, otros 96 alumnos de la Universidad de Santiago comenzaron ayer en el Chuac su inmersión clínica, que de eso se trata el último año de la carrera, inspirados por «alcanzar la playa» que canta Xoel. Por algo la nueva promoción se hace llamar Los 20 atlánticos, uniendo el sonoro y discográfico océano con el año en el que dejarán de ser estudiantes para convertirse en médicos.
El año pasado, Pessoa y su «Navegar é preciso» fueron referente y lema de la anterior promoción, y un año antes el poeta griego Konstantino Kavafis marcó la línea del curso de Los ítacas con su «Cuando emprendas tu viaje a Ítaca pide que el camino sea largo, lleno de aventuras, lleno de experiencias».
Aprovechar y disfrutar del viaje para llegar a su playa particular fue el mensaje clave lanzado ayer en la bienvenida a los jóvenes estudiantes por el equipo directivo, con el gerente, Luis Verde, a la cabeza. Se lo recordó Juan Carlos Vázquez Barro, coordinador de Docencia Pregrado del Chuac, y Cristina Iglesias, responsable de Docencia de Atención Primaria. La travesía durará hasta primavera y se enfrentarán a las enseñanzas de un curso en el que aprender para «las noches sin dormir y la responsabilidad sin límites» -les advirtió Rosario López Rico, presidenta de la Comisión de Docencia-, y alcanzar la meta de ejercer «una profesión de riesgo, pero de las más apasionadas». Lo harán tras rotar por prácticamente todos los servicios del área sanitaria, en hospitales y en centros de salud, cumpliendo el programa obligatorio de Ginecología, Psiquiatría, Pediatría, Urgencias y Medicina Familiar. Habrá tiempo también para clases prácticas, de suturas o resucitación cardiopulmonar, seminarios de ética o radiología, e incluso actividades sociales en los museos científicos coincidiendo con conferencias con la salud como protagonista.
Para ello, entusiasmo no les falta. Ana Dapena, como la lucense Laura Díaz Mosquera, o Begoña Fachal Bugarín, de Burela, todavía no sabían ayer qué especialidad elegirán. Son las delegadas del curso, con Mayra Beltrán López, una pediatra en ciernes. Todas confían en que el curso que iniciaron ayer les traiga lo que buscan, conocimiento. «Todos dicen que el mejor rotatorio en 6º es el de A Coruña», coincidieron las cuatro. «En Santiago está muy masificado y aquí estaremos dos por servicio: al final, somos poquitos, si hay algo para ver, lo veremos y si hay algo que hacer, podremos hacerlo», concluía la R pequeña.
«Los chicos nos dan un sobresaliente»
Una treintena de médicos son los docentes que tutorizan y enseñan a los alumnos del último curso de Medicina, que desde hace siete años se imparte al completo en el Chuac. Con los recibidos ayer, serán ya 562 los alumnos de la facultad compostelana que finalicen su grado en A Coruña. Parte de ellos se incorporaron después a realizar la especialidad o el mir en el hospital. A todos, al acabar el curso, se les realiza una encuesta de satisfacción para buscar puntos de mejora. «La nota media siempre sube de 8 y en muchos servicios los chicos nos dieron un sobresaliente», comentó ayer el coordinador de Docencia, Vázquez Barro.