El vetado debate sobre la prostitución

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade A CORUÑA

A CORUÑA

Mujeres durante una protesta conta la prostitución
Mujeres durante una protesta conta la prostitución

Un agrio debate en las redes sociales ha supuesto la suspensión de las jornadas que se iban a celebrar en la Facultade de Socioloxía

18 sep 2019 . Actualizado a las 14:22 h.

Ya solo el debate turbulento en las redes sociales sobre una realidad social evidente como la prostitución justifica el estudio del tema en el ámbito académico de la universidad, y muy especialmente en una facultad como Sociología. Salta a la vista que es un asunto digno de análisis serio, y dudo que haya un foro más adecuado para el tema que la Facultade de Socioloxía de la Universidade da Coruña (UDC), garantía de un abordaje riguroso. Desde esta perspectiva no se entiende por qué la UDC ha anulado las Xornadas sobre Traballo Sexual.

El problema se plantea por un rechazo frontal de grupos abolicionistas de la prostitución, que enarbolan en su reclamación la bandera del feminismo y, además, consideran que el programa de las jornadas es parcial porque defiende la regulación de la prostitución, y no su abolición.

Respecto al primer punto, no parece cuestión de feminismo. La organizadora de las jornadas, en su defensa, levanta también esa bandera y argumenta que ninguna mujer tiene derecho a invocar el feminismo para imponer sus criterios a otras. Además, decenas de mujeres del mundo académico critican la suspensión de las charlas, en un manifiesto que firman como «personas cuxas posturas fronte á dicotomía entre abolicionismo e regulacionismo do traballo sexual son diversas», y ninguno de los dos grupos, por tanto, debería arrogarse el patrimonio del feminismo.

En cuanto a la supuesta parcialidad de estas charlas (tildadas de regulacionistas), no se entiende la protesta de las abolicionistas que, en un ejercicio de pluralidad por parte de la UDC, tienen voz esta semana en las jornadas Violencia(s) contra as Mulleres que la Oficina para a Igualdade de Xénero de la universidad organiza en Ferrol con nutrida presencia de activistas.

No. Aquí no estamos hablando de feminismo ni de una dicotomía académica sobre la prostitución; estamos hablando de cómo un grupo de presión ha marcado la agenda de la UDC para decidir qué se programa y qué no, hasta el punto de vetar el debate y el conocimiento por la presunción de un enfoque temático que no se ajusta a lo que el grupo acusador considera correcto o necesario.

Imponer un pensamiento único es un ejercicio que no debería encontrar eco en una institución del prestigio de la UDC, que ha renunciado a las charlas aduciendo la «imposibilidad» de garantizar la seguridad. Entonces, no se podrían programar tampoco unas jornadas sobre el comunismo si grupos de extrema derecha montasen un buen lío en Facebook. No se podría hablar de la historia de un club de fútbol si radicales del rival volcasen sus amenazas en Twitter. No, no se podría hablar de muchas cosas en la universidad.