La convocatoria de un vecino fue secundada por más de 150 voluntarios
07 oct 2019 . Actualizado a las 11:51 h.Más de 2.000 kilos de basura fueron retirados ayer de la ría de O Burgo. Y eso que la limpieza realizada fue en un pequeño tramo del estuario, desde el puente de A Pasaxe hasta el parque botánico, «pero en la margen más prçoxima a la vía del tren, por Fonteculler», indicó Marco Antonio Pazos Regueira, el vecino de la zona que convocó esta iniciativa.
A su llamada, realizada en Voces de A Coruña, de Radio Voz, acudieron más de 150 personas llegados desde A Coruña y su área de influencia, «entre ellas muchos jóvenes y niños». Esta iniciativa también fue secundada por los miembros de Protección Civil y de la Policía Local de Culleredo.
Los voluntarios sacaron «del auténtico lodazal en que está convertida la ría», dijeron los colaboradores, restos de todo tipo. Llamó mucho la atención la aparición de una moto, de dos bicicletas, de varias pantallas de televisión y de ordenador, o motores de lavadoras...
Para tierra, para la explanada existente frente al hotel Crunia, también trajeron neumáticos, baterías de coches, «un auténtico veneno para el hábitat», dijo Rocío Deus, una voluntaria. Y aparejos de todo tipo, desde redes, hasta nasas. Fueron estos elementos los que más dificultaron los trabajos, «porque estaban enterrados y se extendían a lo largo de metros», dijo Antonio Sanjurjo, otro colaborador.
El artífice de esta iniciativa, Pazos Regueira, lamentó el estado actual del estuario de O Burgo. Aseguró que los voluntarios apenas pudieron separarse de la orilla de Fonteculler. «Si nos adentrábamos hacia el canal de la ría te hundías en el fango, en la lama. Parecía que estabas atrapado en arenas movedizas», subrayó.
Los voluntarios también se quejaron de que el Ayuntamiento de Culleredo «no retire los residuos extraídos de la ría hasta el lunes y se dejen en el paseo».
Un estuario que suministró bivalvos a la Casa Real
La ría de O Burgo «está llena de basura», dijeron ayer los voluntarios que participaron en la limpieza de un pequeño tramo del estuario.
Entre ellos también se encontraban antiguos mariscadores. Dicen que sus antepasados les decían que de estos bancos marisqueros se le suministraba ostras y almejas «a la Casa Real», desde la segunda mitad del siglo XIX hasta principios del XX. Dijeron que grandes artistas, como Lola Flores, comían ostras en el parque de Carnicero, en la ría.
Hoy la ría «está agonizando». Esperan que las famosas promesas de dragado y saneamiento del estuario «se lleven a cabo de inmediato», dicen.