La escritora «está de moda» con su nuevo espacio en Tabacos, la plaza en Marineda y ser un referente femenino pionero
16 dic 2019 . Actualizado a las 00:08 h.Emilia Pardo Bazán vuelve a participar en la vida de una ciudad, la suya, a la que un día rebautizó con el nombre de Marineda. En menos de un lustro ha ido ocupando espacios cada vez más visibles en la Fábrica de Tabacos, en el centro comercial Marineda City, en los carteles de la convocatoria de la mayor movilización de mujeres de un ocho de marzo o en la imagen colectiva de las periodistas coruñesas, que eligieron su monumento para retratarse. Ahí está una escritora e intelectual que ahora «está de moda. Mirámola aos ollos, liberada ao fin do recelo [machista] doutras épocas e sen os estereotipos que a acompañaban, e entón vemos a unha impresionante intelectual e unha muller valente, e sorpréndenos a resolución coa que desenvolveu o seu traballo e a súa vida», sostiene una de sus lectoras.
«Lean 'El indulto', de Emilia Pardo Bazán, para ver dónde se encuentran las mujeres de hoy en día»
«Emilia Pardo Bazán ha vuelto a la Fábrica de Tabacos». Esto decía José María Gómez, presidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, durante su intervención, el pasado lunes, en la entrega de las primeras medallas que llevan el nombre de la escritora. Lo hacía en la sala ubicada dentro del reformado inmueble y dedicada a la autora de La Tribuna. «Esta sala es un espacio abierto a la sociedad», afirmaba Ignacio Picatoste, presidente de la Audiencia Provincial, que tiene allí su sede. En el acto se proyectaron imágenes de aquellas 4.000 cigarreras que protagonizaron la primera huelga de mujeres en Galicia y que «foron e son exemplo para todas», decía la alcaldesa, Inés Rey.
«De cuantas mujeres enjabonaban ropa en el lavadero público de Marineda, ateridas por el frío cruel de una mañana de marzo, Antonia, la asistenta, era la más encorvada, la más abatida, la que torcía con menos brío, la que refregaba con mayor desaliento». Así comienza El indulto, un relato que la escritora publicó en 1883 en La revista Ibérica. Aconsejó su lectura una de las premiadas con dichas medallas, Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio de la Violencia Doméstica del Consejo General del Poder Judicial. El angustioso texto protagonizado por Antonia sobrecoge, tanto por lo que narra como porque podía haber ocurrido ayer.
Al resurgir de Pardo Bazán ha contribuido la vigencia de sus textos y la publicación de libros como El encaje roto (Contraseña), una antología de 35 cuentos en los que relata la violencia contra las mujeres, en una edición a cargo de Cristina Patiño Eirín, profesora de la USC y especialista en la obra de la escritora.
Otra obra básica para la puesta al día de la autora de Los pazos de Ulloa es la amplia biografía de Isabel Burdiel (Badajoz, 1958), catedrática e historiadora que en el 2011 recibió el Premio Nacional de Historia por la biografía de Isabel II.
El impulso desde la casa museo
Que Pardo Bazán dé nombre a unas medallas destinadas a reconocer el trabajo a favor de la igualdad, y que estas se entreguen en su Marineda natal son nuevos pasos en el «rexurdimento» de la escritora en una ciudad en la que, además de los espacios ya mencionados, da nombre a un colegio, a una calle y tiene una escultura en los jardines de Méndez Núñez. En esta última se centró una iniciativa de la Casa Museo Pardo Bazán consistente en recopilar las fotografías donadas por quienes un día habían sido retratados delante de dicha escultura. Desde la institución se planificó la exposición 100 anos de historias (1916-2016). O monumento a Emilia Pardo Bazán como pano de fondo y, con la colaboración de varias instituciones, la muestra también pudo verse en los Cantones.
Detrás de las acciones para divulgar la figura de Pardo Bazán están los responsables de su casa museo, ubicada en el número 11 de la calle Tabernas, sede de la Real Academia Galega, con Xulia Santiso implicada en dar visibilidad a la institución y a los espacios que evocan a la escritora.
Queda pendiente la ubicación de la escultura original, sustituida en el año 2003 por un vaciado en bronce, que lleva años en los talleres municipales, tras ser reparada. De ello aún se habló esta semana, si bien falta la decisión clave: instalarla fuera o dentro de la Fábrica de Tabacos. Para unos el lugar ideal es el interior del edificio que inmortalizó en La Tribuna. Para otros es la plaza, donde se mezclaría con los viandantes y los juegos infantiles, con el riesgo de recibir algún pelotazo pero con la seguridad de que estaría más presente en la vida coruñesa.