Ni sí ni no, en el medio. Esto es lo que ha pasado con la decisión de la Xunta y su conselleiro para solucionar el debate, modernizar el actual, y que ya es la segunda remodelación con nueva edificación realizada no hace mucho. Pero el debate para muchos, que también deben tener espacio en la opinión, no está en construir un nuevo macrohospital ni por supuesto su ubicación, sino más bien en priorizar el gasto público para que la «joya de la corona» como es la Sanidad Pública, siga siendo pública y de calidad.
No podemos olvidar que la generación que inició el gran cambio de una «medicina de beneficiencia» anclada en el pasado a una medicina moderna, pilar de la que disfrutamos, sin duda ha sido la instauración del MIR, iniciada por las ideas avanzadas del doctor Segovia de Arana y el doctor Rojo, auspiciadas por el INP. El ensayo práctico comenzó en el Hospital General de Asturias y la Clínica Puerta de Hierro, entre otros, antes de afianzarse como modelo en toda España.
Si bien la red de hospitales (edificios modernos en aquellos tiempos) jugó su papel, fue más importante un nuevo sistema de organización, preparación y selección de profesionales ilusionados con una moderna y diferente manera de aprender en equipo, con responsabilidad gradual y dedicación plena. Es decir, se entraba a las nueve de la mañana y se salía a las seis de la tarde. Un modelo muy alejado de la mentalidad de las antiguas cátedras de medicina en las que tenías que pedir permiso para aprender.
Quizás más que nuevos y enormes hospitales, difíciles de gestionar, sea el momento de iniciar un gran debate centrado en cómo atajar los preocupantes problemas que amenazan la viabilidad tan costosa de la Sanidad Pública. El hospital como elemento generador de un gran gasto público, exige un replanteamiento de su organización y, sin duda, una dedicación plena. Sobre todo si imparte docencia e investigación, dedicación plena exigible en cualquier empresa puntera de similares características.
Tenemos la obligación de centrar el tema y ser exquisitos en priorizar las soluciones que, en mi opinión, no están tanto en construir edificios como en organizar con cambios valientes un verdadero estímulo para nuestros médicos y personal sanitario.