
Con tres meses de retraso por el coronavirus, Alberto Prieto inaugurará el miércoles su restaurante de Comandante Fontanes, que toma el relevo del local de Ángel Rebollo con una cocina similar y una decoración nueva firmada por Roberto Pombo
28 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Iba a abrir a primeros de mayo y lo hará el 1 de julio. El pasado mes de febrero les contaba una de las noticias hosteleras del año, Alberto Prieto deja Ángel Rebollo, la calle donde llevaba toda la vida, para instalarse en el Orzán. Desde entonces pasaron muchas cosas, incluida la pandemia que obligó a retrasar tres meses la apertura. Pero todo llega. El viernes tuve la oportunidad de conocer las entrañas del nuevo El de Alberto. Pasa de un local con luz artificial a otro en el que la luz natural es protagonista. «La luz es muy importante y también hay luz en la cocina», destaca mientras me muestra el espacio donde un grupo de cocineros prepara los fondos que utilizarán dentro de unos días. En la cocina huele a comida y en la sala a pintura. Fuera, todavía cuelga el cartel de Comer y Picar, el negocio anterior, y falta por pintar la fachada del restaurante. «Vamos bien. Hoy entran las mesas y las sillas, viene el carpintero para hacer unos retoques y ya lo tenemos listo», comenta con seguridad Roberto Pombo, de los Pombo de toda la vida pero que ahora tiene su propia empresa de decoración y diseño. Bajo las ventanales un gran y cómodo banco casi rodea todo el salón. «Hay mesas con banco y otras no, la idea es que la gente disfrute», apunta Alberto, que lleva años en la parte más alta de webs como TripAdvisor y está recomendado por la Guía Michelin. «En la carta habrá alguna sorpresa, pero los platos y la esencia van a ser los mismos. Lo que sucede es que ahora es más cómodo todo el mundo, para nosotros para trabajar y para los clientes para comer y cenar. Además es un local céntrico y con un párking al lado», destaca el hostelero, que cuenta las horas que faltan para que su proyecto se haga realidad por fin. Mucha luz, más espacio y una cocina que nunca defrauda, así es el nuevo El de Alberto. De Monte Alto al Orzán. De las bombillas al sol.