Vecinos documentan sus incursiones nocturnas y claman por una solución
25 ago 2020 . Actualizado a las 09:59 h.Piaras de jabalíes de hasta nueve miembros han sido detectados en Santa María de Ois por vecinos aficionados al control de la fauna. No es un dato puntual, sino que han llegado a distinguir 58 ejemplares distintos en solo diez días de observación, una proliferación que preocupa a los agricultores, ya que arrasan a su paso con cosechas y destrozan fincas labradas.
«Hai un deles moi grande, parece máis unha vaca ca un xabaril, noutros grupos van varias nais coas crías, sempre pasan polo mesmo sitio, preto do río, fozan para pasar por debaixo da arames, incluso o outro día que tiñan o paso aberto, son animais de costumes», explica un vecino aficionado a realizar avistamientos de fauna salvaje y que se ha pasado sus vacaciones llevando a cabo un seguimiento. Ha contabilizado visualmente hasta 58, pero cree que podrían haber más.
Tiene registrado el paso por la zona de Recebés no solo de grandes piaras de jabalíes, sino también de tres zorros y varios tejones. Sin embargo, la gran preocupación es por los daños causados por los jabalíes. «Reprodúcense como coellos e esquilman todo, son unha praga malísima para a natureza», puntualiza, ya que a su paso dejan zonas arrasadas, por lo que ve necesario que exista un control. Ya han trasladado su preocupación al Concello de Coirós, pero las medidas son competencia autonómica, tanto las ayudas para paliar los daños de la fauna salvaje como la declaración de emergencia cinegética para poder realizar batidas.
Ven al lobo como el método más razonable, económico y eficaz
«A natureza é sabia, e o lobo é o seu depredador natural», indica un vecino de la zona donde se han avistado, que asegura que más allá de las batidas, considera que la reintroducción de ejemplares de lobo resultaría «máis razoable, económico e eficaz». Reconoce que no es una medida popular, por los ataques a las ovejas denunciados en la zona, pero cree que si se cuantificasen las pérdidas de las cosechas y el tiempo invertido en las siembras a la económica de las cabezas de ganado ovino, que cree que se podría minimizar con recogidas nocturnas, se vería como alternativa.