Medio metro tensa la vuelta a las aulas

S. Pérez / R. Domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Profesorado del instituto de Adormideras, en A Coruña, sentados en los pupitres de una de las aulas
Profesorado del instituto de Adormideras, en A Coruña, sentados en los pupitres de una de las aulas

Dimite la directiva del instituto de Adormideras por los «bandazos» en las instrucciones para volver a las aulas: considera insegura la distancia y recrimina a Educación que ahora se niegue a contratar a los profesores prometidos. En el Rosalía de Castro los estudiantes no irán a clase los viernes

12 sep 2020 . Actualizado a las 23:18 h.

El inicio del curso para los alumnos de secundaria, bachillerato y FP se retrasará una semana más y comenzará de forma escalonada los días 23, 24 y 25 no sin múltiples y variadas protestas. La más sonora se produjo ayer en el IES Adormideras, con la dimisión en pleno de la directiva por los «bandazos» en unas instrucciones que consideran inseguras para la vuelta a las aulas y que no incluyen el refuerzo docente comprometido.

Parte del profesorado del instituto de Adormideras en A Coruña se sumó esta mañana a una protesta espontánea ante el centro
Parte del profesorado del instituto de Adormideras en A Coruña se sumó esta mañana a una protesta espontánea ante el centro c

La renuncia se produjo casi al mismo tiempo que los padres del CEIP Rosalía de Castro anunciaban su intención de no enviar a sus hijos a clase los viernes mientras no se garantice la distancia de seguridad, de metro y medio en los colegios y, ahora, de un metro en los institutos.

Los vaivenes en las directrices anticovid hicieron saltar a primera hora de ayer los resortes en los institutos, donde hasta 22 directores de centros públicos de la comarca reclamaron un aplazamiento en una vuelta a las aulas que aún está en el aire en Adormideras, a la espera de que el lunes se reconduzca la situación con la consellería.

«No podemos con estos bandazos. Nos ponemos en julio a trabajar, nos dejamos la piel, el tiempo y el dinero, y de repente cambian… y encima para que nos vuelvan a meter los niños pegados, que se agachan a por una goma y ya tropiezan con la cabeza con el compañero», señala la vicedirectora, María Álvarez. Para escenificar la situación con un metro de separación desde el centro de cada mesa, ayer mismo adaptaron una de las aulas y se fotografiaron sentados en los pupitres. «Se ve claramente que quedan totalmente pegados», advierte la docente. La última solución de la Administración, instalar mamparas, «nos parece lo más inseguro, en ese material se puede quedar adherido el virus».

Profesores del instituto de Adormideras, en A Coruña, escenifican la falta de espacio para los alumnos en las aulas
Profesores del instituto de Adormideras, en A Coruña, escenifican la falta de espacio para los alumnos en las aulas c

En verano, cambiaron espacios, diseñaron horarios, transformaron el salón de actos y la biblioteca en aulas… «hasta tiramos tabiques», relata Álvarez antes de subrayar el desconcierto cuando, hace una semana y coincidiendo con el cese de la anterior conselleira, «el inspector le dice a la directora que si podemos arreglarlo con desdobles; le dijimos que claro que sí, pero que con más profesores y nos respondieron que adelante… Y volvimos a reorganizar, era otro esfuerzo pero estábamos contentos. Hasta el jueves, que nos llamaron para decir que no, que no había más profesores y que tenemos que volver a meter a los niños en grupos de 33-34. Así no podemos garantizar nada, cero seguridad», lamenta.

Fue la gota que colmó el vaso y que les empujó a dimitir. Con 43 docentes y alrededor de 525 alumnos matriculados, la dirección recuerda que «existe una partida económica importante para Educación, preferimos que contraten profesores y no gastarla en plásticos que además no garantizan la seguridad».

Su propuesta era incorporar 12 docentes para crear grupos de 22-23 alumnos sin alterar la dinámica de un centro con bachillerato artístico al que acuden jóvenes de puntos distantes de la comarca. «No tenemos ningún problema en dar clase por la tarde, pero hay chicos que si salen a las nueve de la noche no tendrían transporte para regresar a su casa», explica la vicedirectora.

«No sobra ni un día»

Con el aplazamiento del curso, los centros ganarán el tiempo que solicitaron para organizar los horarios y asignar los espacios. A algunos de ellos, como el Salvador Madariaga, no les sobra «ni un día» , indica el director, Juan Sanmartín.

Desde el Eusebio da Guarda, Isabel Ruso explica que «era imposible comenzar en las fechas propuestas sin contar aún con el cupo de profesores» que se espera que esté en manos de los institutos este lunes. A partir de ahí, acondicionarán sus instalaciones para recibir a los alumnos con todas las medidas de seguridad.

Un nuevo panorama, el tercero ya, que se espera sea el definitivo. En él, se incluye una nueva posibilidad para reducir la distancia de metro y medio entre pupitres: instalar mamparas. Serán interpersonales y reducirán al metro el espacio entre alumnos. «Tendrán una altura de 60 centímetros, más o menos, y serán del tipo que tienen que ser. No podemos olvidarnos de que estas son medidas sanitarias para garantizar la seguridad», cuenta.

Nuevas medidas que incidirán en las carteras de los centros y que auguran un «complicado futuro económico», explica Ruso. Hasta ahora, todo estaba «en el aire», explican desde el Salvador de Madariaga. Los centros esperan tener ya las instrucciones «por escrito y claro», dice Juan Sanmartín. Por el momento, y en vista de que no pueden concretar nada más, desde el centro trabajan con tres propuestas posibles para poder actuar de una forma más rápida cuando la Xunta informe de aspectos como el cupo de profesores. Un dato tan importante para determinar el número de grupos que se forman, con qué materiales se cuenta y la viabilidad y posterior ejecución de todos estos elementos.

El aplazamiento, según confirmó la Consellería de Educación, afectará de igual modo a colegios públicos y concertados. Para el Liceo la Paz, la idea era comenzar el día 16, «pero si la Xunta lo dice, lo haremos», mientras que en Dominicos apuntan que «no nos queda otra».