Empiezan los trabajos de demolición de los silos de Alu Ibérica en el muelle de Batería

m. C. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Cedido

El movimiento de las máquinas despertó expectación en la zona de Méndez Núñez

10 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El derribo de los silos de Alu Ibérica comenzó ayer, como estaba previsto, en el muelle de Batería, despertando por momentos gran expectación entre las personas que pasaban por la avenida do Porto y los jardines de Méndez Núñez y pudieron ver la laboriosidad con que se están desarrollando los trabajos.

Una plataforma articulada con un brazo rematado en una potente tenaza fue abriendo en la pared metálica del depósito una línea a base de pequeños cortes, como un abrelatas, hasta conseguir formar un rectángulo para doblar la lámina. «¡Como muerde! ¡Es digno de ver!», exclamó un hombre que observó el «espectáculo» sentado en uno de los bancos de la Rosaleda. Varias personas seguían la maniobra desde la acera a través del espacio diáfano situado entre la comisaría y el edificio de la Aduana. Lenta pero irremisiblemente, los silos de la antigua Alcoa Inespal enseñaban las tripas antes de desaparecer.

Se trata de los primeros contenedores que se derriban dentro de la gran operación de desmantelamiento de naves y otras infraestructuras que la Autoridad Portuaria ha iniciado en los muelles de Batería y Calvo Sotelo antes de su apertura a la ciudad. El viernes pasado comenzaron los preparativos de la obra, con el traslado de la maquinaria pesada que vencerá los depósitos y el vallado de la zona. Alu Ibérica había anunciado la demolición hace varias semanas, pero los trabajos no pudieron arrancar hasta ayer.

Al lado se encuentran las instalaciones de Cementos del Cantábrico, también sin uso y a la espera de derribo, como acordó la administración del puerto con la empresa y como está previsto que se ejecute en los próximos meses.

Podrían salvarse, en cambio, los cuatro silos de la cementera Tudela Veguín, blancos, con el tejado verde y más altos que el resto. Construidos en los años 60, los depósitos componen una de las imágenes más reconocibles de los muelles interiores y el propio plan especial del Puerto plantea la posibilidad de que se conserven por su valor como patrimonio industrial. La compañía ya se ha trasladado al muelle de San Diego. Queda por ver si los silos sobreviven solos.