Isabel Pita: «Veo una botella de lejía y me salen Audrey Hepburn o Fernando Simón»
A CORUÑA
La artista coruñesa encontró su pasión en el arte del «up-cycling» o reutilización de objetos
21 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.¿Qué pasará por la cabeza de Isabel Pita cuando de una botella de lejía y un cartón de pizza saca una Nefertiti? Solo lo sabe esta diseñadora coruñesa, que crea esculturas a partir de residuos domésticos.
-A Greta Thunberg le caería usted muy bien.
-No crea. Esto, si lo quemas, es más contaminante que yo que sé... En realidad, estoy mezclando tres basuras. Junto una botella de lejía con un blíster de pizza.
-Es que es muy apañada.
-A mí me educaron así. En mi casa, las cosas que podían tener una doble vida se reutilizaban. Mi madre era la típica que hacía de una falda un chaleco y de un chaleco, unos calcetines. Nunca se tiraba nada.
-Lo de toda la vida, vamos.
-Exacto. Pero ahora es la repanocha, porque ya tenemos palabra en inglés y todo: up-cycling.
-Que viene siendo...
-...Transformar residuos en nuevos objetos dándoles otra función. Es la definición oficial.
-¿Es reutilizar o es reciclar?
-Yo lo que hago es reutilizar, sacarle partido a lo que se me pone por delante. Veo una botella de lejía y me salen Audrey Hepburn o Fernando Simón [lo muestra].
-Me recuerda más a Felipe VI.
-Empezó pareciéndose muchísimo al rey, pero acabó siendo más Fernando Simón. Ja, ja...
-Oiga, con tanto detergente a mano, ¡su casa estará ben limpiña!
-Pues yo no genero mucho residuo, pero me hacen falta botellas como el comer. Un día solté un SOS y me encontré ¡ocho botellas de lejía en la puerta! Ja, ja...
-¡Sí que se enrolla la vecina!
-Sí, sí. Antes de tirar ningún objeto, mis amigos siempre me preguntan si lo quiero. Todas las botellas que uso me las da la gente.
-Le sale baratita cada figura.
-Intento que sea todo desecho. Solo compro la pintura, la pasta de papel y poco más.
-¿Lo más curioso que ha usado?
-Cartón de Corn Flakes y cajas de galletas y de Estrella Galicia.
-¿De qué está hecho el torero?
-Pues mire, aunque son piezas únicas porque me cuesta repetirlas, de esa ya llevo cinco. Es que el torero lo peta, lo tengo muy controlado. Es una botella de Don Limpio y otra de suavizante.
-Va a acabar con un diógenes...
-Ya tengo un diógenes brutal [risas]. ¡Voy por la calle al quite!
-¿Cuándo empezó a crear figuras tan chulas como estas?
-A mí este tipo de cosas siempre me gustaron, pero cuando estaba estudiando diseño en Barcelona hice un curso de cartón piedra y me flipó.
-Ahora triunfa en las redes.
-Cada vez hay más gente que se mete en mi Instagram [@isabelpitamartin], y eso que no me lo curro nada. Muestro lo que soy y chimpún, no me vendo. Pues me surgen hasta algunos encargos.
Material reciclado: Un recambio de Nespresso puede ser un pendiente, y un Ambipur, una folklórica. Ella le da una nueva vida a las botellas de detergente, los cartones de embalar y los recipientes de huevos.
Profesión: Isabel Pita trabaja como diseñadora gráfica para una gran empresa.
«A las puertas de los 50 me planteé qué me hacía feliz y me lancé»
El up-cycling es tendencia. Con sus esculturas, Isabel Pita (A Coruña, 1971) le da una nueva vida a los residuos de plástico y cartón.
-¿Cuál fue la primera?
-Un soldado inglés. Fue hace tiempo ya, cuando mis hijos eran pequeños. ¡Vi una botella de lejía y toleei!
-¿Le salió así de fácil?
-Creé alguna más y paré para no llenar mi casa de fanfarria.
-Pero hoy es su pasión.
-Es que entonces no le daba valor a lo que hacía. Venía gente a mi casa y me animaban a seguir con las figuras.
-¿Usted qué pensaba?
-Que era entretenido. Como el que hace puzles, vamos.
-Entonces, luego lo retomó.
-Sí, porque a las puertas de los 50 me planteé qué cosas me hacían feliz y me lancé. Me apunté a un curso de escultura y le enseñé todo esto a mi profesor, Miguel Couto.
-El autor de la escultura de la sardina recién inaugurada en el Campo da Leña.
-Justo. Pues él fue quien me empujó al precipicio, aparte de que yo estaba en un momento vital de autobúsqueda.
-¿Qué le aconsejó Couto?
-Que hiciera más esculturas y las expusiera o las vendiera.
-Dice que se lanzó.
-Sí, como reto personal. No tenía nada que perder. Empecé a crear más figuras y a buscar un sitio donde exponer.
-Y eligió droguería Villar.
-Adoro esa tienda. Además, venden desde las botellas hasta las pinturas y los pinceles.
-Usted solo pilla esto último.
-Sí. Su escaparate me chifla ¡y me dejaron exponer!
-¿Fue antes del covid?
-Sí, y fue emocionante. Lo vendí casi todo. Ahí me dije: ¡Va a ser que esto mola! Desde febrero del año pasado no he parado de hacer figuras.