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Alicia Tojeiro, la mejor profesora de España: «En mi clase no se dice ''no se puede''»

A CORUÑA

MARCOS MIGUEZ

Hablamos sobre el reto de enseñar en pandemia con la maestra del Isidro Parga Pondal de Oleiros, que este sábado recibe el Premio Educa

26 feb 2021 . Actualizado a las 15:25 h.

Es una maestra vocacional. Alicia Tojeiro (Vigo, 1978) ha sido reconocida como la mejor profesora española del 2020, el año del covid, en los Premios Educa.

-¿Qué es lo más duro de enseñar en una pandemia?

-Para mí lo más complicado es no verlos frente a frente, a través de una pantalla no es lo mismo. Ellos son el motor, la inspiración de que vayan surgiendo proyectos. Falta la cercanía, la naturalidad. No quiero pensar en una educación totalmente a distancia. Quizá en bachillerato pueda ser más factible, pero en las edades en las que enseño, no.

- ¿Con qué lección se queda?

-La pandemia ha demostrado que la tecnología no es lo único que hace falta en las aulas, tampoco lo más importante. Hace falta humanidad, sensibilidad. Más que enseñarles matemáticas, les tengo que enseñar a ser. A interactuar, respetar, cooperar, mejorar y querer avanzar. El grupo reta y anima. Estar en casa, aunque tengan un ordenador, que no todos lo tenían, no es enseñanza. En infantil necesitan manipular, tocar, jugar. Todo eso es parte del aula, también la resiliencia. No hay escuela peor o mejor por medios. La más certera siempre será la que sea más humana. ¿Cuántas veces nuestros alumnos pasan por el sistema educativo y no les preguntan cómo se encuentran? Ser más humanos es preguntar cómo están.

«El esfuerzo no va unido a la imposición»

«Necesitamos una sociedad más solidaria y eso hay que empezar a construirlo en la escuela», cuenta Alicia. Profesora de 5.º de primaria en Oleiros, el enfoque y la metodología de sus clases se basan en este principio: «El primero que tiene que ir feliz a la escuela es el maestro».

-Si tuviera que elegir una sola lección que recuerden siempre sus alumnos, ¿cuál sería?

-En mi clase no se dice «no se puede». Se puede, de otra forma. Hay que buscar siempre cómo hacerlo. El esfuerzo no va unido a la imposición, ellos saben que para conseguir algo bueno hay que esforzarse. Al final, se trata de escuchar y de acompañar, muchas veces no solucionas los problemas, mis alumnos saben que yo no sé todo, solo soy maestra, pero saben que estoy ahí.

-¿El covid cambió prioridades?

-Siempre los estamos preparando para «un futuro» que, de pronto, se volvió presente. El futuro llegó y vimos que los niños viven mucho más en el presente.