Antón Castro terminó dos libros e inicio otro y Xesús Fraga retrasó seis meses la presentación de su nueva novela
13 mar 2021 . Actualizado a las 09:49 h.Cuenta Antón Castro, periodista y escritor, que desde el inicio del confinamiento está en teletrabajo: «El suplemento de Artes & Letras [publicado por el Heraldo de Aragón] que sale los jueves y coordino desde hace dos décadas se interrumpió para ahorrar papel y me quedé en casa». La pandemia le cambió la vida a este arteixán afincado en Zaragoza ya que ahora «vivo en el campo». Castro no confinó sus inquietudes: «Se me ocurrió primero avanzar en un poemario, El cazador de ángeles, que sale ahora en abril en la editorial Olifante». Este libro consta de «poemas de mi memoria y de mi infancia en Lañas y Arteixo, la evocación de los padres; una segunda parte está centrada en homenajes, amigos y artistas; la tercera son poemas de amor; la cuarta habla del confinamiento y del virus, y hay un poema que se llama La maleta del escritor, que documenta el paso de Manuel Rivas por Zaragoza». La última parte está dedicada a los faros y se cierra con un poema sobre el de Fisterra.
También ha terminado un libro de cuentos, Periferias del deseo, e inició otro de relatos fantásticos de su niñez en Santa Mariña de Lañas: «El título provisional es Cuentos de Castelo, el lugar donde yo vivía en Lañas».
Frente a la actividad de Antón Castro, la poeta y editora Dores Tembrás confiesa que la pandemia «silencioume. Enmudecín». La atención a los hijos, la preocupación por los padres, la continuidad de la labor de Apiario Editora, «que ten unha parte editorial e outra na que damos cursos de poesía, ocuparon unha etapa moi dura e non baixou moito esa preocupación». Tembrás destaca que el covid «puxo de manifesto o valor dos coidados» si bien «a nivel creativo persoal non foi unha boa época». Y apunta un dato revelador: «Tardei moito en poder volver a ler». De todos modos «a xente escribiu moito», comenta.
El escritor y periodista Xesús Fraga tenía novela escrita y premiada: «A pandemia coincidiu cos preparativos para presentar Virtudes (e misterios), xa que o libro saíu xusto nesas datas. Ao principio, non estaba claro o alcance e repercusión que ía ter a enfermidade e tiñamos tres actos previstos. Pero a medida que se achegaba a primeira data, a presentación no cine Alfonsetti de Betanzos, programada para o 14 de marzo, a incidencia foi medrando e tomamos a decisión, por precaución, de adiar as actividades. E xusto esa semana entrou en vigor o primeiro estado de alarma e o seu confinamento». Como mucha gente, «traballei dende casa, conectado co meu ordenador do periódico [La Voz de Galicia], dando conta, sobre todo, das numerosas iniciativas culturais que se puxeron en marcha de xeito virtual para que a creación non se detivese e tamén, como quedou demostrado, para servir de conforto e alivio neses días de peche e incertezas».