Alberto López Castro revive el fatal accidente en el que sus padres perdieron la vida en Nochebuena para pedir seguridad en el tramo de la avenida de Fisterra donde sucedió
19 mar 2021 . Actualizado a las 14:14 h.Este año no podré regalarle nada a mi padre, por su día. Este año todo es diferente. Este año solo podré llevarle flores a su tumba. Este año... tenía pensado regalarle algo especial, algo que le hiciese sentirse orgulloso de sus hijos, pero no estará, porque el destino le segó su vida cuando más se aferraba a ella. Cuanto más pasa el tiempo y, paradójicamente, cuanto menos ves a tus seres queridos, más te das cuenta de que son tus referentes, y valoras más, mucho más, sus principios, sus valores, esos que te han estado transmitiendo toda la vida, y que no siempre valoramos como se merecían. Y, de repente, como por arte de magia, los ves todos muy claros.
De mi padre, Toño, admiraba muchas cosas, pero, quizás, la que más me asombraba era su inmenso amor por nosotros. Ahora me doy cuenta de que tendría que nacer mil veces y, ni aún así, tendría su calidad humana.
Este año tampoco podré regalarle nada a mi madre, Pilar. Ni en su día, ni al siguiente, ni al otro. Nunca. «Puedo escribir los versos más tristes esta noche», escribió Pablo Neruda. En mi caso, puedo gritar, llorar, hasta puedo maldecir, pero nunca, nunca, podré regalarle nada a mis padres. Tan solo unas flores, que se marchitarán con el paso del tiempo.
Solo me queda intentar reflejar en mí, en mi hijo y en todas las demás personas el cariño y carisma que transmitían, con la esperanza de que, allá donde estén, puedan vernos y sentirse orgullosos. Si acaso eso es posible. Aquella trágica noche, su última Nochebuena, un accidente en la avenida de Fisterra les quitó la vida a dos personas buenas, de esas que hacían del mundo un lugar mejor. Lo iluminaban. Esa noche cerraron juntos los ojos para siempre. Mi intención con esta carta es remover conciencias. Por lo menos, intentarlo. Sé que tenemos que mejorar muchas cosas en A Coruña respecto al tráfico. Una, y muy importante, es tomar las medidas que sean oportunas para que esta tragedia no le ocurra a nadie más.
Querría que los departamentos correspondientes se pusieran a trabajar en ello, empezando por el Ayuntamiento y su alcaldesa. Lo que se necesita para mejorar la seguridad en esa gran recta que es la avenida de Fisterra con A Grela, en realidad, ¡es una obra muy pequeña en comparación con el horrible daño causado! Han pasado casi tres meses ya de aquella noche. No me mueve la ira, sino el dolor que me consume cada día. Estando despierto, y también cada noche, soñando. Soñando que solo ha sido un mal sueño.