La Sinfónica volvió a tocar en el Palacio de la Ópera
23 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Programa singular el del 24 de abono de la OSG: monográfico de música francesa con todo su charme, su levedad y su rebeldía; solista y director de la casa y formación reducida, lo que permitió volver al Palacio de la Opera. Y a su calidez.
La Petite suite, L65, de Claude Debussy (1862-1918), para piano a cuatro manos es obra de juventud y de búsqueda. Cercano a Paul Verlaine, inspira los dos 1ºs tiempos en los poemas En la barca y Cortejo, de Fiestas Galantes, imbuidos de sensualidad presente en la escritura musical; a lo que añade un elegante Menuet y un grácil Ballet. Parecía inexcusable la orquestación, que Büsser llevó a cabo.
Jacques Ibert (1890-1962), tiene en su haber la banda sonora del filme Macbeth, de O. Welles, y las canciones para el Don Quijote protagonizado por Feodor Chaliapin. El Concierto para flauta y orquesta, otorga al instrumento solista el protagonismo de una cantante belcantista, bravura, abbellimenti, canto spianato y virtuosismo. La flauta vuela y revolotea; canta con voz de soprano en el hermoso Andante y retoma la gracia y la pericia en el scherzando final. María José Ortuño forma parte de la OSG y ofreció magnífica interpretación con estilo, temperamento y todos los recursos exigidos. La orquesta la siguió con placer, hasta aclamarla junto con el público.
Francisc Poulenc (1899-1963), compuso tres grandes óperas: Les mamelles de Tiresias, Diálogo de Carmelitas y La voz humana y en 1947, por encargo de la BBC, la Sinfonietta. La planteó sencilla y muy alegre, como reza el último de sus movimientos. Los otros son Allegro con fuoco, Molto vivace y Andante cantabile, en el que se muestra el creador de música vocal. Dirigió José Trigueros, director asociado, de magnífica formación, principal de percusión en la OSG. En las tres obras condujo con precisión rítmica, atención a los ensambles y gesto nítido para el fraseo amplio y cantabile (en el canal YouTube puede verse su gran versión de la Cantata Torre de Hércules), lo mismo al concertar con Ortuño que al frente de la orquesta. Hubo grandes ovaciones para todos. Solistas propios y director nacido en su seno dan fe de la alta calidad de la Sinfónica de Galicia.