Sale la ordenanza municipal del gallego, pero las inversiones siguen pendientes en A Coruña
A CORUÑA CIUDAD
El gobierno local anuncia nuevos convenios y la oposición exige más gestión. Hondo pesar en la corporación por la muerte de Mar Penas, esposa del concejal del PP Roberto Rodríguez
04 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.«Con 33 anos de retraso», dijo el portavoz del gobierno local, José Manuel Lage, el pleno de A Coruña aprobó este jueves una ordenanza sobre el uso del gallego en el Ayuntamiento. La normativa sobre la lengua de Galicia salió adelante con el voto favorable de PSOE, Marea, BNG y Podemos. El PP se opuso por las dudas legales que provocó el texto a la asesoría jurídica y el secretario municipal, que elevaron informes con sus reservas. Pese a respaldar su aprobación, la Marea y la concejala no adscrita de Podemos también advirtieron del riesgo de que la norma sea anulada si llega a los tribunales.
El otro debate de fondo giró en torno a la gestión económica. La oposición recordó que ha pasado la mitad del año y no se han aprobado los cambios presupuestarios para impulsar el plan de reactivación Presco o las inversiones en obras. El portavoz del gobierno replicó anunciando que este mismo mes espera cerrar un acuerdo con los demás grupos para reforzar los convenios con las entidades de la ciudad. Pero sigue sin haber fecha para los otros cambios en las cuentas.
El debate de la normativa
La aprobación de la norma sobre el gallego fue celebrada por José Manuel Lage como «a mellor forma de conmemorar o 40 aniversario do estatuto de autonomía». También tachó el rechazo del PP de «erro histórico». La portavoz de los populares, Rosa Gallego, le respondió que la mejor forma de celebrar la efeméride sería «aprobando una ordenanza legal». El debate entre ambos giró sobre las «numerosas carencias y deficiencias» de la normativa, en palabras de Gallego, que recordó que el documento inicial «tenía mal hasta el plazo de entrada en vigor».
Esas carencias, dijo, no se han resuelto en las alegaciones. La portavoz del PP también preguntó al gobierno local cuánto han pagado a tres profesores de la UDC, «próximos al PSOE y al BNG», por el informe que sí ve legal la norma. No hubo respuesta.
Lage replicó que Gallego votó a favor de una norma similar en la Diputación y reiteró que el rechazo era un «erro histórico» y que los populares deben reflexionar sobre su política lingüística.
El viceportavoz de la Marea, Iago Martínez, reprochó al gobierno local que los errores del documento han permitido al PP «sofisticar» su rechazo al texto. Advirtió que la norma podría ser nula de pleno derecho al no cumplirse el trámite de participación.
Por el BNG, la concejala Avia Veira celebró la entrada en vigor de la norma, aunque admitió algunas discrepancias en el texto definitivo, e hizo un reconocimiento a los coruñeses que «contribúen a manter vivo o galego».
Isabel Faraldo, la concejala no adscrita de Podemos, también apuntó a las «debilidades» legales del reglamento, pero votó a favor por considerar que su rechazo aún sería más perjudicial.
La discusión económica
El pleno votó a continuación un reconocimiento de crédito para abonar facturas alegales. La mayoría, 653.000 euros, de la Compañía de Tranvías para subvencionar el uso del bonobús. Otros recibos fueron por la eutanasia de una cabra y viajes del anterior gobierno de la Marea. Los pagos salieron adelante con el voto del PSOE, Podemos y el BNG. La Marea y el PP se abstuvieron.
Ahí surgió el debate económico. Lage defendió su gestión diciendo que el pago a proveedores se cumple desde hace 16 meses. Para los demás grupos no fue suficiente. Rosa Gallego lamentó que la «prioridad» para el equipo de Rey sea aprobar normativas pendientes desde hace 32 años en lugar de atender necesidades urgentes. El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, lamentó a «falta de eficiencia na xestión» del ejecutivo y, con ironía, replicó a Gallego que, aunque haya hombres en la corporación, ambas cosas se podrían haber hecho al mismo tiempo.
«Roberto, todos te queremos mucho»
El domingo falleció Mar Penas, la esposa del abogado y concejal del PP Roberto Rodríguez. El óbito causó un hondo pesar y ayer, además de las muchas muestras de cariño privadas, se manifestó en el pleno. Rompió el hielo el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, que envió un «saúdo moi agarimoso» a un «adversario político e, porén, amigo». Después la alcaldesa, Inés Rey, letrada como el edil del PP, intervino en nombre de la corporación para darle ánimos diciendo: «Roberto, sabes que todos te queremos mucho».
Rodríguez agradeció los gestos y, haciendo gala del «carácter excepcional» que le atribuye un compañero de la corporación, intervino varias veces en el pleno intentando mantener, como dijo, el estilo con el que destaca en los plenos, marcado por el buen talante y los discursos ágiles y trufados de ironía. Ayer, entre otros detalles, contrapuso los problemas de gestión en la planta de Nostián con la encendida defensa que hizo la concejala socialista Esther Fontán de la instalación. Comparó ambas circunstancias con la copla No me quieras tanto, de Conchita Piquer.
Jorquera y Gallego, a botica
No fue el único que tiró de ironía. Después de que Rosa Gallego insistiese en que el objetivo de la alcaldesa, Inés Rey, es «reeditar el funesto bipartito» con el BNG, Jorquera anunció que se había ido a la farmacia a por un «complexo vitamínico» para aguantar «unha precampaña que vai ser moi longa». Unas horas más tarde fue la propia Gallego la que dijo que iba a tener que ir a la farmacia, a la vista de las respuestas que el gobierno local estaba dando a las preguntas de los partidos de la oposición.
Las palabras de Jorquera sobre la precampaña no cayeron en saco roto. Parte del equipo de gobierno y de la oposición consideran que es así, que la falta de apoyos estables del gobierno local ya ha dado el pistoletazo de salida a las hostilidades previas a las urnas. Un sector del ejecutivo ubica en ese escenario la manifestación del domingo por el puerto, que la Marea insistió en reivindicar como un éxito.
Pero hay más escenarios para la pelea electoral, y ayer aparecieron. El conflicto de la Policía Local, que por distintos motivos -aunque son siempre económicos- aparece mandato tras mandato, volvió al pleno. El gobierno local se quedó solo, mientras que PP y Marea unieron fuerzas para que se atiendan las reclamaciones de los agentes. Otro frentes es el económico, en el que la oposición exige más agilidad, y el de la planta de Nostián, que sigue sin contrato reglado y cuyo futuro puede complicarse aún más durante los próximos meses si se agudiza la descomposición del Consorcio As Mariñas, formado por los municipios del área que usan la instalación.