Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Paloma Rodríguez Feal: «No podría salir de casa sin el pelo recién lavado»

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Hija de Maca Feal, licenciada en Derecho, presumida y «loca por viajar», toma las riendas del negocio de venta de productos profesionales de peluquería y estética fundado por su madre en 1988

27 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Su madre, Maca Feal, fundó la empresa en 1988. «Cuando era joven le alisaba las melenas a mis amigas. No soy peluquera, pero siempre estuvimos muy vinculados al sector. Tengo una minitienda en el baño de mi casa. Así puedes vender con conocimiento de causa», confiesa Paloma Rodríguez Feal. Aunque Maca sigue en el negocio, Paloma está tomando las riendas del establecimiento dedicado a la distribución de productos profesionales de peluquería y estética. «Vendemos a particulares, pero los centros de belleza compran más cantidad y representan un porcentaje mucho mayor. Por miedo a la pandemia, estos últimos meses mucha gente compró productos para hacérselo en casa, pero ya está cambiando. Prefiero no vender y aconsejar a la gente que se ponga en manos de un profesional, porque hay cosas que no se deben hacer de manera casera. Te puedes cuidar en casa, pero hay que ir a las peluquerías, que son un sector esencial», reflexiona. Con la mascarilla también bajó la venta de maquillaje y lápiz de labios. «Yo misma estuve tiempo sin pintármelos. Espero que ahora las cosas cambien. Creo que aumentarán las ventas al poder estar en la calle sin ella. No soporto la mascarilla», destaca la empresaria. 

Cuestión de empatía

Estudió en el colegio Labaca y en el Santa María del Mar. «Fue un cambio importante», recuerda. De pequeña quería ser psicóloga. «Siempre he empatizado con los problemas de los demás. Soy de escuchar mucho y bien. Soy muy sensible. Veo las noticias y lloro. Lo malo lo sufro y lo bueno lo vivo a tope. Ser un poco más fría no estaría mal, pero cada uno es como es. De hecho, soy buena comedora, pero mi delgadez es por ser sensible y nerviosa, se me pone un nudo en la garganta y se me quita el hambre. Nunca he sido muy deportista, pero me apetece volver a entrenarme porque correr me sienta bien», asegura. Tiene 35 años y no tiene pareja ni hijos, aunque percibo que no le apetece hablar de este asunto. Finalmente, estudió Derecho en Santiago pero «no lo volvería a hacer. Por las cosas que he vivido no creo en la Justicia». Parece claro que estaba predestinada a dar continuidad al negocio de su madre. «Siempre me gustó, e inconscientemente creo que sabía que iba a acabar en esto. Ser autónomo te da un baño de realidad. Es una cura de humildad», analiza. Sus abuelos tenían viñedos en A Rúa, Ourense, y su padre empezó a dedicarse al mundo del vino en 1986. Viña de Fornos produce godello y mencía. «Me encanta tomar un vinito, pero no soy experta. Sé lo que me gusta y no», comenta. 

Siempre con el secador

Sueña con viajar. «Estoy loca por irme. Estar de relax y leer. Viajaría a Formentera, que ya estuve una vez y me encantó, a Argentina o a algún lugar del sudeste asiático». Lo que tiene claro es lo que llevaría. «Siempre viajo con secador, los de los hoteles no valen para nada. El neceser es grande. Llevo mi champú, cepillos y un sérum para el pelo. Soy presumida, me gusta cuidarme. Es bueno para la autoestima, no tanto para gustar a los demás. No podría salir de casa sin el pelo recién lavado. Lo hago por mí, por tener la cabeza limpia, y por el negocio, porque vendo estos productos y daría mala imagen estar con el pelo sucio delante de los clientes», asegura. Para los meses de verano da estos consejos: «Utilizar un champú con filtro solar, que te proteja del sol y el salitre. Hay que hidratarlo más y usar una gotita de aceite específico, no de aceite de oliva», comenta sonriente. Nerviosa, temperamental y apasionada de la música de Leiva y del Bitter Sweet Symphony de The Verve. «Escucho de todo menos reguetón», sentencia. Me habla de un nuevo modelo de máquina de corte de pelo de la marca Moser, de los secadores Parlux o de la línea de Redken de Loreal. «Nos gusta trabajar con cosas que sean buenas y que detrás haya casas que ya sabes que responden. Lo que más se vende son los tintes, las coloraciones. La clave es saber aconsejar», comenta sobre su tienda, que hace unos meses se trasladó a la calle Linares Rivas. Nos despedimos. Se va con su melena al viento.