Instalada en los jardines de Méndez Núñez la escultura «Xente», cedida por el artista coruñés
10 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Rostros entrelazados, cada uno con su impronta y miras hacia el horizonte. Así es la escultura Xente del artista coruñés Emilio Celeiro, que fue instalada en los jardines de Méndez Núñez e inaugurada este martes en compañía del Concello. La pieza rinde un sentido homenaje al personal sanitario que vivió los momentos más duros de la pandemia del covid-19. La obra fue construida en granito en los años 90 por el artista, mide 210 centímetros de altura y pesa más de una tonelada.
En medio de la pandemia, la obra cobró un nuevo sentido porque Celeiro fue ingresado en el hospital por coronavirus. Al acto asistieron sus familiares, vecinos, políticos y la alcaldesa de A Coruña, Inés Rey. La regidora agradeció al escultor su generosidad al donar su pieza y calificó el gesto como «un auténtico ejemplo de cómo hacer ciudad».
Emilio Celeiro comenzó la escultura inspirada en el Camino de Santiago, formó parte del proyecto Galicia Terra Única, una exposición al aire libre sobre los mejores artistas de la comunidad. En 1997 fue instalada en una zona aledaña al castillo de San Antón. Cuando concluyó la muestra, la pieza fue devuelta al artista y permanecía dividida debido a su gran tamaño a espera de un destino. El artista observa con felicidad su lugar y lee la inscripción de la que acompaña la escultura: «Atopas xente no camiño, anónimos, familiares ou estraños. O camiño moldeáos, adáptaos, múdaos, úneos e tamén os separa. A xente pasa e o camiño segue para ser percorrido. Un camino sen xente, deixa de ser camiño».
El artista, de 93 años, recuerda con cariño los inicios de la escultura que ahora reposa frente a la policía de Coruña. La Xunta, presidida por Manuel Fraga, solicitó su participación en una exposición. Dibujó un boceto, compró los materiales en A Hermida y comenzó a tallar la columna de granito que, poco a poco, se convertiría en una de sus obras más importantes al estar situada en su ciudad natal. «No me dieron ni un céntimo, mi mujer me llevaba todos los días al taller donde trabajaba encima de la piedra», bromea.
Sus piezas se encuentran en toda Galicia, en Venezuela, Alemania y Argentina. En Xente, Celeiro tomó su experiencia al contagiarse de covid para significar la escultura. «Al salir del hospital, vi que los médicos y las enfermeras merecían la obra porque nos trataron estupendamente, a pesar del trabajo que tenían. Incluso había una enfermera que me llamaba “meu rei” y yo a ella “miña reina”. Son personas que estaban arriesgando todo», cuenta.