Gafas, mascarilla, auriculares

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

ANGEL MANSO

La mascarilla, que con el viento huracanado de esta ciudad hace efecto vela y lo mismo te la sacas un momento y acabas haciendo kitesurf sobre la ensenada de Riazor

30 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Me imagino que en la España vaciada puedes ir sin mascarilla, pero en la Coruña amontonada, donde los habitantes nos apilamos en las calles y los bares como los realquilados de las viñetas de Bruguera, hay aceras con más viajeros por baldosa que el metro de Tokio. No queda otra que andar subiéndose y bajándose el embozo según entras y sales de los buses, de las tiendas, de los mogollones.

Si piensas que tu vida es complicada, prueba a salir un día de lluvia y viento por Coruña con las gafas, la mascarilla y los auriculares haciendo equilibrios sobre tus atormentadas orejas.

Hay momentos en que estoy por cortármelas —las orejas, me refiero— y dar la vuelta al ruedo con ellas en la mano. Lo malo es que en Coruña, cuando un torero corta las dos orejas y sale por la puerta grande, acaba a hombros de un fan descamisado en el aparcamiento del Carrefour, que tiene más plazas libres que épica taurina. Así que enseguida se me pasan las ganas de hacerme un Van Gogh y me dejo las orejas puestas.

Además, desorejado, a ver dónde me enganchaba yo la mascarilla, que con el viento huracanado de esta ciudad hace efecto vela y lo mismo te la sacas un momento y acabas haciendo kitesurf sobre la ensenada de Riazor, en plan Tarifa, pero usando de cometa la mascarilla del Gadis.

Si a las gafas empañadas les añadimos la música del móvil retumbando a todo volumen en los auriculares y la nariz y la boca anuladas por la mascarilla, el único de los cinco sentidos que nos queda es el tacto. Pero como en los tiempos heroicos ya practicamos muchas madrugadas lo de volver a casa a tientas, aunque ahora solo sea de noche en nuestras gafas borrosas, ponemos de nuevo el piloto automático y nos dejamos llevar por estas calles que nos conocen mejor que nosotros mismos.