
No sé nada de intrigas palaciegas, pero me cuesta creer que un coruñés como Feijoo deje la plaza de Vigo por un ático sin alma en Génova 13
23 feb 2022 . Actualizado a las 20:01 h.Anda la derecha española fileteándose los hígados, como queriendo imitar a Shakespeare, pero lo que les sale no es Macbeth, ni siquiera una de Tarantino, sino el chat de Forocoches.
Cada vez que Génova 13 se convierte en la sala de despiece del matadero frigorífico de Montellos, los del PP nacional piensan que lo suyo se arregla como las temporadas en blanco del Madrid: con un fichaje de relumbrón. Aunque sea en diferido, como el de Mbappé, que lleva tanto tiempo anunciándolo la prensa madridista que a veces llegamos a pensar que hace años que Kylian regatea en el Bernabéu.
El Mbappé del PP se llama Alberto Núñez Feijoo. Y los Florentinos de Génova lo quieren reclutar en el mercado de invierno para acallar a los hinchas de su grada vip, que a pesar de vivir en edificios con un portal aparte para el servicio tienden a la algarada callejera, a la que a veces llevan a la asistenta para que toque la cacerola por ellos.
Yo no sé nada de nada, como dijo Sócrates antes de atizarse un copazo de cicuta, pero desde mi humilde ignorancia creo que hay un factor que olvidan los sesudos feijoólogos cuando explican las diez razones por las que el jefe de la Xunta se va a ir Madrid a presidir primero el PP y luego, ya si eso, el Gobierno. Y es que, ahora mismo, Feijoo vive en A Coruña. Parece un detalle menor. Quizás los catedráticos del plasma no le den importancia. Pero una vez que tienes en el bolsillo el pasaporte coruñés, la única razón aceptable para largarte de esta ciudad es coger carrerilla para volver cuanto antes. No sé nada de intrigas palaciegas —en una casa grande solo serviría para abrillantar la plata—, pero me cuesta creer que un coruñés como Feijoo deje la plaza de Vigo por un ático sin alma en Génova 13.