Sale desde A Coruña el primer camión de ayuda humanitaria de Galicia a Ucrania
A CORUÑA
La asociación AGA-UCRAÍNA y Afundación han recaudado 23 toneladas de productos entre los que hay ropa de abrigo, alimentos, medicinas y productos de higiene. Se prevé que el camión llegue el martes al país en guerra
11 mar 2022 . Actualizado a las 13:02 h.La asociación AGA-UCRAÍNA, constituida el pasado 28 de febrero para dar respuesta a la crisis humanitaria provocada por la invasión rusa a Ucrania ha realizado en la mañana de este viernes el primer envío de ayuda humanitaria al país en guerra, en colaboración con Afundación.
Un grupo de más de treinta voluntarios se han dado cita en la nave de Pocomaco, cedida por la fundación social de Abanca a la entidad presidida por Natalia Afonina, ucraniana residente en Oleiros, para cargar el camión, que en total partió de la ciudad herculina con 23 toneladas de productos. El destino del transporte son las ciudades Truskavets y Leóplis, al oeste de Ucrania y próximas a la frontera con Polonia. Desde la asociación señalan que de momento «esas urbes están apartadas de las zonas centrales de la ofensiva, pero la población ya sufre el desabastecimiento de productos básicos». Además, los dos municipios están recibiendo día a día a población de otras zonas que huyen de la guerra por lo que necesitan asistencia humanitaria urgente.
El material enviado esta mañana está formado por las diferentes donaciones que recibió la entidad a través de distintas iniciativas como las organizadas el pasado fin de semana por el Celta y el Deportivo, en colaboración con Afundación. Entre los productos hay alimentos precocinados y latas de conserva, ropa de abrigo como mantas, sacos de dormir y prendas térmicas, artículos de higiene, material de primeros auxilios y medicamentos y productos de higiene.
Natalia Afonina, presidenta de la asociación, señaló que «estamos en contacto permanente con las autoridades locales que coordinan la asistencia a la población. Será necesario seguir enviando ayuda en las próximas semanas,aunque pueden varias las necesidades». En principio está previsto que el tráiler llegue a territorio ucraniano el próximo martes. Ante las largas colas de vehículos para cruzar la frontera, Afonina también señaló que son muy importantes las donaciones económicas. «Ahora mismo es la vía más rápida para ayudar», añadió Antonio Couceiro, secretario de AGA-UCRAÍNA. Para ello han habilitado un número de cuenta en ABANCA: ES73 2080 0000 7230 4027 0691.
En la sede de Pocomaco también estuvo presente para presenciar la salida del primer cargamento el presidente de Afundación y director general de Responsabilidad social, sostenibilidad y comunicación de Abanca, Miguel Ángel Escotet, que agradeció el trabajo realizado por los voluntarios ante la crisis. Escotet comentó que sufre de cerca el conflicto, ya que durante su etapa como docente en Estados Unidos dio clases a ucranianos y rusos. «Los rusos sufren también las actuaciones de su gobierno. Me afecta especialmente esta guerra porque estoy en contacto con los que fueron mis estudiantes, que están pasando situaciones muy fuertes. Mis alumnas ucranianas eran casualmente todas mujeres y ahora lo están pasando muy mal. Esperemos que esto llegue a buen puerto, pero no soy muy optimista porque la situación pinta mal», indicó. Para Escotet este envió significa mucho, ya que destaca que «es una ayuda que mi organización presta de corazón. Es genuina».
«Queríamos aportar nuestro granito de arena»
Entre los voluntarios que este viernes ayudaron a cargar el camión con destino Ucrania estaban Tamara, de 35 años, y Mónica, de 52. «Me apunté hace varios días a través de AGA-UCRAÍNA estoy trabajando en el almacén ordenando los productos que llegan y cargándolos en el tráiler», comenta Tamara, que se muestra sorprendida de la cantidad de personas que colaboran con la entidad: «Me sorprendió ver a tanta gente este viernes. El primer día que vine, el martes, éramos menos, así que estoy muy contenta de que se sumen más». La mujer compagina su trabajo con el voluntariado, mientras que Mónica lo hace con el cuidado de su hija: «Habitualmente colaboró con oenegés por lo que estoy bastante metida en el tema del voluntariado y cuando vi lo de Ucrania no me lo pensé», señala.
Junto a ellas estaba también Carlota, de 22 años: «Acabo de terminar la carrera y compagino el venir de voluntaria con el trabajo en el hospital». En su caso, dice que ver las imágenes de la guerra la hicieron dar el paso para ayudar: «Quería hacer algo más que ver noticias y por lo menos así puedo aportar mi granito de arena. Aquí estaré hasta que aguante el cuerpo». Porque entre caja y caja, los voluntarios hacen un esfuerzo físico considerable para cargar los productos en el camión y también para ordenarlos dentro del almacén.
Atención psicológica a los refugiados
Entre las personas que colaboran con AGA-UCRAÍNA está Cristina Tejedor, psicóloga especializada en situaciones de emergencia. Ella ofrece su atención a los refugiados que llegan a A Coruña desde el país en guerra, pero también a los residentes ucranianos que tienen todavía allí a su familia y sufren el conflicto en primera persona. «Ahora están todavía en shock postraumático. Se sienten desubicados y no consiguen descansar. Lo primero es que descarguen, que logren dormir y luego establezcan rutinas saludables para poco a poco recuperarse». Para la mujer todos los que huyen del horror de la guerra necesitarán atención psicológica. «Algunos en un primer momento no la quieren, y luego recapacitan. Actualmente estoy viendo a dos personas refugiadas porque hablo inglés. Es un punto muy importante porque vienen sin saber nada de español».
Entre los ucranianos residentes en Galicia con familia en el país en conflicto está la propia presidenta de AGA-UCRAÍNA, Natalia Afonina. Su hijo, Leonid, de 23 años, se encontraba en Kiev cuando comenzó la invasión rusa y junto a su novia Anne se subió a un bus hacia la frontera, pero él no pudo salir de Ucrania por estar en edad de unirse al ejército. Ahora se encuentra en Ivano-Frankivsk, cerca de la frontera con Rumanía: «Hablé con él en la mañana de este viernes. Estaba muy preocupada porque llevaba cuatro horas sin conexión y ya me puse histérica. Por suerte, sigue bien, pero están bombadeando esa zona», comenta Natalia, que añade que su hijo está con un amigo. «El hombre con el que está es marido de una coruñesa. Ellos vivían allí y casualmente los conocimos aquí y ahora se pusieron en contacto para estar juntos en Ucrania». Ante la angustia por el bienestar de su hijo, Natalia se consuela al ver la solidaridad de los gallegos con su país: «No sé que me podía esperar de Galicia con el estallido de la guerra, pero sin duda la respuesta es muy grande y estoy muy contenta. Es bonito ver que la gente ayuda de esta forma».