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Las rías en Galicia son un espacio privilegiado para el arbitrismo político e ingenieril
17 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Las rías en Galicia son un espacio privilegiado para el arbitrismo político e ingenieril. La superación de este espacio geográfico mediante puentes, frente a los anteriores pasos de barca, ha formado parte de propuestas que vienen al menos desde principios del siglo XX, que se han traducido en algunos puentes construidos y en otros solamente soñados. La limitada traza litoral del ferrocarril en el siglo XIX en Galicia (entre Vigo y Santiago), a diferencia de algunos países americanos y europeos, cruzó las rías por el fondo de las mismas, como lo habían hecho los anteriores puentes de piedra.
La primera propuesta significativa que llegó a realizarse fue el puente de A Pasaxe sobre la ría de O Burgo, con su anterior estructura metálica, terminado a principios del siglo XX, del que partirán las carreteras que han sido fundamentales en la extensión de la ciudad. Luego vendrán los puentes de ferrocarril de Betanzos, Pontedeume y Ferrol, a los que seguirá el de carretera de O Pedrido, con proyecto inicial de los años 20 (modificado después) y terminado a comienzos de los años 40, dando una alternativa a las comunicaciones entre A Coruña y Ferrol, sin pasar por Betanzos. Habrá que esperar otros 25 años para que se termine el puente de Rande, en la ría de Vigo, para la autopista del Atlántico.
Será sobre el golfo Ártabro donde Andrés Fernández-Albalat proyecte su imagen de la Ciudad de las Rías a finales de los años 60, con nuevos puentes para atravesar las rías de Sada, Ares y Ferrol, ligados al acceso a las nuevas poblaciones intermedias con las que intentaba compensar el crecimiento de las dos ciudades extremas, A Coruña y Ferrol, en un momento en que las imágenes le llegaban del Avance del Plan de Autopistas de Peaje estatal, al servicio del automóvil. La autopista tendrá que esperar a finales del siglo XX y comienzos del XXI, para construir los nuevos puentes de la ría de O Pedrido, Pontedeume y Ferrol, en el norte, y de Pontevedra, en el sur.
Igualmente, la Xunta de Galicia construirá en el nuevo siglo el viaducto de Noia después de un debate sobre la necesidad de llevarlo por el interior. En el norte, a comienzos de los años 90, se construirá el puente sobre la ría de Ribadeo (que ya lo había planteado el ferrocarril en los años 20), y que luego se ampliará para el paso de la autovía del Cantábrico. El salto de escala vendrá en el este con el ferrocarril de alta velocidad del eje atlántico, con el magnífico viaducto del Ulla.
En el medio han quedado algunos puentes soñados, como el que en 1995 planteó José Antonio Fernández Ordóñez para construir un puerto exterior en A Coruña sobre el bajo de las Yacentes, unido con la península de la Torre y Oleiros por sendos puentes, o los que planteó el también ingeniero de caminos, canales y puertos Santiago Hernández a finales de siglo, desde la universidad, para unir A Coruña con Ferrol, de forma directa, por tres puentes que atravesaran las rías de A Coruña, Ares y Ferrol, con vanos cercanos a los 2.000 metros, en ambos casos sin un apoyo económico y contradictorios con la realidad territorial.
El propio Santiago Hernández es autor de una propuesta encargada por el Ayuntamiento de A Coruña para unir la recta de Bastiagueiro con el nudo de Eirís, que tiene un recorrido anterior en una propuesta para constituir una nueva vía de acceso a la ciudad desde Oleiros, como alternativa al acceso por el puente de A Pasaxe, e igualmente de una propuesta reciente, encargada por la Xunta de Galicia para construir una pasarela entre As Xubias y Santa Cristina, que también tiene un recorrido anterior, con propuestas que llegaron a la conclusión de que el mejor emplazamiento no era el de menor luz en dirección a la playa y duna de Santa Cristina.
Lo estructural no puede ser lo definitorio en este tipo de pasarelas y, por supuesto, lo económico, en donde al igual que en las demás obras de ingeniería la decisión inicial del emplazamiento es la fundamental. En la asignatura de Paisaje en la Ingeniería estudiamos hace tiempo otros emplazamientos que no afectaban a las dunas de la playa, y en los que seguimos creyendo, especialmente aquel que se aproxima al anterior embarcadero cerca de A Fábrica, que en todo caso debe ser decidido ligado a la futura ordenación del borde de As Xubias, recorrido hoy por el ferrocarril, con la posibilidad futura, esta vez no soñada, de un paseo peatonal que dé continuidad a la futura reordenación de los espacios del puerto interior y al paseo desde Oza en dirección a los paseos marítimos de las márgenes de la ría de O Burgo.
Solamente desde este planteamiento más general, se puede entender su necesidad y emplazamiento, que va más allá del proyecto de una pasarela, que, si bien tiene que tener en cuenta los problemas técnicos y tipológicos, son los paisajísticos, ambientales (las dunas forman parte de la dinámica litoral, necesaria para el equilibrio de la playa) y territoriales, en relación a los espacios públicos y a las actividades de las márgenes, los definitorios.