Lolo Andrade reparte atrayentes entre los vecinos de Coirós, su banco de pruebas
12 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Se viene un verano intenso de avispas velutinas. El último invierno de temperaturas primaverales ha espoleado el crecimiento de este insecto invasor que produce alarma entre la población y merma la demografía de especies autóctonas como las abejas u otras polinizadoras. Lolo Andrade, un estudioso de esta especie que alcanzó Europa a través de mercante llegado de China, tiene en Coirós su banco de pruebas anual. El año pasado repartió entre los vecinos 200 trampas para sus jardines o fincas. Y en los últimos días ha vuelto a llamar a sus puertas para entregarles un líquido atrayente elaborado por un laboratorio «y que cumple con todas las normativas europeas», explica Andrade. «Y yo acabo de colocar otras 200 trampas por zonas más inaccesibles, como el entorno de los ríos o árboles especialmente altos», indica el experto en velutinas, reclamado desde numerosas partes de España para impartir charlas.
Los resultados del trampeo demuestran que esta fase de prevención es básica para evitar un verano colonizado por la avispa asiática. Andrade lo resume en dos datos: «En el año 2017 apenas se pusieron trampas en Coirós y ese año se recogieron 700 nidos en todo el municipio. El año pasado, después de colocar atrayentes por medio concello, al final solo vimos unos 80 nidos, la diferencia es considerable».
La clave del éxito de estas trampas es eliminar a las reinas, fundadoras de los nidos y multiplicadoras de la colonia. Por eso Lolo Andrade se queja de los ayuntamientos del área metropolitana que no organizan este tipo de labores. Evita citarlos, en cambio, reconoce la buena labor de municipios como Culleredo, Cambre, Oza-Cesuras o Coirós. «Si un concello no toma medidas, también lo pagan los que sí ponen trampas, todas las Administraciones deberían concienciarse de que este es el momento clave para no sufrir luego los sustos con las velutinas», sentencia.
Vinagre en las mezclas y aberturas de no más de 10 milímetros
Lolo Andrade valora la buena voluntad de los vecinos de zonas más aisladas que elaboran sus propias trampas para ahogar a las avispas asiáticas en mezclas elaboradas por ellos mismos. Pero recalca que son comunes gruesos errores que están perjudicando el medio ambiente. «Cuando hagan un atrayente artesanal, deben echar siempre una dosis de vinagre porque es un repelente para los polinizadores, en caso contrario, además de velutinas, nos encontramos en esas trampas con abejas o avispas autóctonas benignas para nuestro ecosistema», explica el experto, quien critica la tendencia a hacer grandes agujeros en las trampas. «He llegado a ver ahogados ratones y pajaritos, para que entren las velutinas basta con una apertura de 10 milímetros», explica.
Por otro lado, el contenedor más habitual son las botellas de plástico, muchas de las cuales quedan olvidadas una vez que se colocan. «La época del trampeo va de marzo a junio, pero luego hay que acordarse de retirar las trampas, porque ya no son efectivas y los plásticos no deben perdurar», concluye Lolo Andrade.