Sin apenas apoyos en la corporación, tiene asuntos importantes pendientes de aprobar y cruza ataques con casi todos los grupos
25 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Siete meses separan a la ciudad de conocer cuál será su próximo gobierno local, el mismo tiempo que tienen los mandatarios de María Pita para conseguir un segundo mandato consecutivo, algo que no se produce desde el 2003.
El equipo de gobierno atraviesa una situación que no se había dado antes. La investidura de Inés Rey como alcaldesa llegó tras sendos acuerdos con la Marea y el BNG, pero las alianzas con estas formaciones se fueron diluyendo y la corriente sigue fluyendo en la misma dirección. La muestra más clara se vio en el pleno ordinario de este mes, en el que estos dos partidos compartieron una moción conjunta con el PP para censurar la actuación del PSOE en la gestión de la Agenda Urbana 2030, una unión que no se había visto en más de tres años de mandato.
Este distanciamiento, entre otras razones, atiende a la posición que cada una de las fuerzas que se denominan como progresistas está tomando con vistas a las elecciones de mayo, una tendencia a la que el gobierno local tampoco quiso renunciar.
De hecho, la exclusión del Bloque de las negociaciones del presupuesto de este año fue un claro mensaje hacia los nacionalistas de que cada uno debía seguir su camino. PSOE y BNG entienden que tienen la oportunidad de captar los votos que presumiblemente perderá la Marea, de ahí que ambos quieran ocupar sus espacios entre el electorado de izquierdas que busque una papeleta nueva.
La relación con la Marea fue algo más duradera, hasta aprobar las cuentas de este año, pero desde hace meses rara es la intervención o comunicado público de esta formación que no ataca la gestión del gobierno local. Así, y con el exdiputado Xan Xove como candidato oficioso tras ser el líder de la única candidatura presentada, la Marea trata de desviar sus rompecabezas internos con ofensivas.
Necesidad
El PSOE sigue necesitando a la Marea porque es la única fuerza de izquierdas que le asegura la mayoría en el pleno, a pesar de que su presencia haya pasado de seis a cuatro ediles. María García, portavoz de la Marea, aseguró este lunes que el gobierno local está «descentrado» y lo urgió a reunirse para analizar el modificativo de crédito que incluirá diversas cuestiones y que superará los 4 millones de euros, según el portavoz municipal. Ese es un tema pendiente y otro son los presupuestos del 2023, que se anunció que se negociarán, pero parecen abocados a no ver la luz.
En el lado opuesto del salón de plenos se ubica el PP, con el que no se llegó a acuerdos en todo el mandato, pero que salvó al gobierno local cuando fue necesario aprobar cuestiones relativas a grandes proyectos, como la intermodal o el Novo Chuac.
La estrategia de los populares no varió demasiado a pesar de la entrada de Miguel Lorenzo como portavoz del grupo —será el candidato a la alcaldía— y mantiene la línea de atacar la gestión del PSOE y lo que considera como falta de diálogo y liderazgo de la alcaldesa.
Los socialistas, por medio de Inés Rey y Lage Tuñas (portavoz municipal), centran constantemente sus ofensivas hacia el PP mirando más lejos, en concreto, a San Caetano. «No estaría mal que la Xunta apoyara a la ciudad por una vez», dijo este lunes la regidora antes de que se conociese la apuesta autonómica por A Coruña como sede de la Agencia de Inteligencia Artificial y solo unos días después de que pidiese directamente a Alfonso Rueda que abandonase la «ambigüedade» en este tema y apostase por la urbe herculina.
La regidora calificó de «bastante decepcionantes» los Presupostos de la Xunta para la ciudad, lo que sirvió para un cruce de declaraciones con la conselleira Ethel Vázquez, que reclamó al Ayuntamiento sus inversiones para la fachada marítima o el Novo Chuac.