Esta hostelera coruñesa lleva 9 años al frente del Astoria Club: «Tenemos una clientela a la que le gusta disfrutar, y ofrecemos una coctelería buena y botellería por encima de la media»
30 oct 2022 . Actualizado a las 08:46 h.Es como es. Sin filtros. La contundencia de sus frases se podría medir con la escala de Richter. «Antes era más maruliña, pero me fui refinando», asegura. «Económicamente estoy bien. Todo lo que tengo es gracias a mis padres, que fueron muy ahorradores», confiesa. «Me cuesta mucho dinero y trabajo estar guapa. Gasto en belleza. Si no tengo arrugas a mi edad será por algo», dice con una naturalidad que abruma. «A la gente le sorprende que sea natural. Cuento todo. E falo galego de vez en cando», afirma Verónica Calvete Pardo, propietaria con su hermana Belén del Astoria Club de la calle de los Olmos. Un nombre que recuperaron de otra época y en cuyo pasado es mejor no recrearse. «En marzo va a hacer 9 años que abrimos y estamos encantadas. Yo ahora vivo bien porque voy a cenar y después vengo y ejerzo de relaciones públicas e invito a chupitos a la gente. Vienen de nuestra edad (ambas pasamos de los cincuenta) y un público más joven, gente de Inditex... Es una clientela a la que le gusta disfrutar, y ofrecemos una coctelería buena y botellería por encima de la media. También despachamos mucho champán», asegura esta coruñesa de 52 años que reconoce que «es difícil tener pareja con un local de copas». Pero ella la tiene y dice que está «muy enamorada».
Origen en el Martinete
A los 16 años se echó novio formal, como se decía entonces. Se casó a los 24 y tuvo un hijo que ahora tiene 27 años. «Estudió Bellas Artes y vive en Madrid. Es un artista y un encanto». Ahora «estoy superenamorada de un catalán que se dedica al mundo del transporte. Viene cuando puede a Galicia. Lo conocí aquí (charlamos en la terraza del Astoria) y surgió el amor. Vino con dos amigos que se acabaron marchando y estuvimos hablando hasta que cerró el bar», relata. Me vienen a la cabeza los acordes de una famosa canción de Sabina, aunque cuando él vuelve no hay una sucursal del Banco Hispano Americano sino el Astoria. Verónica es del Martinete y vive allí. «Toda la familia procede de ahí. Por parte de madre, soy de los Hermanos Pardo, que tenían una empresa de ambulancias y funerarias. Trabajaban mucho cuando hace 50 años se inauguró la residencia. Yo construí una vivienda en la zona que salió en el programa Qué casas de TVG. Tiene de todo, hasta una piscina climatizada. Y la decoración, que es algo que me gusta mucho, lleva elementos vintage y art déco. Todo el mundo que viene se sorprende. Me gusta recibir a gente en casa y cocinar. Dicen que soy buena anfitriona».
La «blazer», imprescindible
Antes de dedicarse a la hostelería trabajó 20 años como administrativa en una multinacional de informática. «Yo, que me encanta el trato con la gente, estaba todo el día sola en la oficina y lo llevaba mal. Cuando me fui al paro pensé en dedicarme a algo comercial, pero no surgió nada», relata. Cuesta pensar que nadie haya visto la potencialidad de esta mujer simpática y divertida. Dice que siempre está arreglada, incluso cuando está cuidando el jardín de su casa. «Me apasiona la moda y se nota. La blazer es mi prenda imprescindible. También algún traje. Voy con tacón porque soy muy pequeñita, pero nada exagerado ( estira la pierna y me enseña los zapatos). Siempre llevo tacón y escote, nunca voy demasiado tapada», afirma. Doy fe. Se declara enemiga a ultranza de los alimentos ultraprocesados y su dieta es healthy. «Si hay cocido, me lo como, que creo además que es más saludable que los fritos. Me encantan las semillas, los cereales... No tomo harinas refinadas ni azúcares dañinos. Los bizcochos los endulzo con dátiles», asegura. Antes de despedirnos me deja otra de sus perlas. Vero es la bomba. «Dicen que me parezco a Marta Sánchez y alguno me llamó la Pataky gallega. Yo digo que más bien soy la pataca galega, pero en lugar de Coristanco, del Martinete». Tremenda.
El pulso de la ciudad pablo.portabales@radiovoz.es