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Alejandra Mosquera: «La biblioteca ya no es un templo de silencio, ahora es un lugar de creación»

Loreto Silvoso
loreto silvoso A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Alejandra Mosquera, directora de la biblioteca González Garcés
Alejandra Mosquera, directora de la biblioteca González Garcés CESAR QUIAN

La nueva directora de la González Garcés toma el mando del centro con la misión de «dinamizarlo»

11 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Como los buenos libros, Alejandra Mosquera lleva adherida una sonrisa en cada palabra que pronuncia. Ella es la nueva directora de la biblioteca González Garcés.

—¿Cómo se convierte una en directora de biblioteca?

—Soy de Meirás (Valdoviño) y estudié en el instituto de Narón. Recuerdo que vinieron a darnos unas charlas de orientación laboral unos profesores de Biblioteconomía de la Facultade de Humanidades. Nos hablaron de un trabajo maravilloso que era el de ser bibliotecario y documentalista. Me encantó y creo que ahí surgió mi vocación.

—Tenía la facultad cerquita.

—Sí, estudié en el campus de Ferrol y me licencié en Documentación. Pero mi primer trabajo no fue de bibliotecaria.

—Hay otras salidas laborales.

—Estuve en el sector audiovisual. Trabajé unos años como documentalista en una productora y me gustaba mucho. Pero la vida me fue llevando a querer una estabilidad mayor y empecé a preparar oposiciones.

—¿Cuánto tardó en sacarlas?

—Todos sabemos que son una carrera de fondo muy dura. El primer fruto de ese esfuerzo me llevó a quedar bien en las listas de unas oposiciones de la Universidade de Santiago y pude empezar a trabajar en la Facultade de Xeografía e Historia.

—Tiene una de las bibliotecas más hermosas de este país.

—Es preciosa. Fui muy feliz allí. Aquel trabajo era un privilegio y mi vocación fue en aumento. Pero era interina, así que me puse a estudiar las oposiciones de bibliotecaria de la Xunta.

—¿Qué sintió cuando las aprobó?

—Fue el día más feliz de mi vida. Las notas se publican en internet, yo estaba delante del ordenador, recuerdo ese momento y, cuando me vi, sentí una gran emoción.

—¿Cuál fue su primer destino?

—Estuve un año en la Biblioteca Pública de Vigo Juan Compañel, encantada también. En el 2017 me nombraron directora de la Biblioteca Pública de Pontevedra Antonio Odriozola, y allí estuve muy contenta hasta llegar aquí.

—¿Qué le parece la Garcés?

—Esta biblioteca es un emblema de la vida cultural en la ciudad. Por las instalaciones, el equipo humano y las cifras, goza de muy buena salud. Está muy viva.

—¿Cuáles son esas cifras?

—El año pasado tuvo más de 160.000 visitas, más de 127.000 préstamos, y estamos rozando los 6.000 usuarios activos.

—Para que luego digan que no se lee. ¿O es que aquí se viene a estudiar o a las actividades?

—Esta es una biblioteca muy utilizada y, lo que es más importante, tiene muchos usuarios que utilizan su carné. Y 6.000 está muy bien. Mueve muchas visitas y no todos los visitantes usan la colección. También hay gente que viene a estudiar o a las actividades, pero mueve sus fondos.

—Las bibliotecas ya no son solo guardalibros. ¿En qué se han convertido a día de hoy?

—Las bibliotecas tienen una historia de miles de años, con numerosos cambios en todo ese tiempo. La metamorfosis en la que estamos ahora da protagonismo a las personas. La colección pierde peso. Son bibliotecas humanas.

—¿El objetivo es el mismo?

—La promoción de la lectura, sí. Pero es una promoción dinámica, apoyada en la programación de eventos. La biblioteca ya no es un templo de silencio. Puede tener alguna zona acotada para el estudio, pero ahora las bibliotecas son lugares donde reunirse, comunicarse, compartir y, lo que es más importante, disfrutar.

—Ese es el cambio.

—Eran sitios de consumo de productos culturales y ahora son lugares de creación.

Capítulos de su biografía: Tras cinco años en la biblioteca pública de Pontevedra, Alejandra Mosquera (Meirás, Valdoviño, 1981) acaba de tomar posesión como directora de la González Garcés. Le encanta su trabajo y elige el género de fantasía épica. Recomienda «El señor de los anillos».

«Tengo el trabajo más bonito del mundo»

Hasta un canal de TikTok tiene la Biblioteca Pública da Coruña Miguel González Garcés. De titularidad estatal y gestionada por la Xunta, no es ajena a los cambios que vive el sector.

—Se nota que le gusta su trabajo.

—Tengo el trabajo más bonito del mundo. Una usuaria me contó que no había pisado una biblioteca hasta los 60 años. Siempre trabajando, no había estudiado. Y ahora le resulta terapéutico. Somos la biblioteca de las personas.

—¿Cuál es su biblioteca favorita?

—Me parece que la Tabakalera, en San Sebastián, espectacular, un concepto distinto, moderno, con unos espacios diáfanos donde se fomenta todo tipo de creación.

—Bibliotecas que ya no parecen bibliotecas.

—Pero las que lo siguen pareciendo también me encantan, como la de Historia de la USC.

—¿Qué no son las bibliotecas a día de hoy?

—No son solo lugares donde leer. El fomento de la lectura es primordial, pero somos mucho más que eso. Las bibliotecas de hoy cada vez son más activas. Son bibliotecas hacedoras, que crean lazos en las comunidades, apoyan la creación y son lugares para compartir el conocimiento.

—¿Qué objetivos se plantea?

—Que la gente nos entienda como un espacio lúdico y divertido. Me gusta hablar de bibliotecas integradoras, participativas, escuchar a la comunidad y crear alianzas. Hay bibliotecas que están dando talleres de cocina o clases de gimnasia. Si de paso te llevas un libro y conseguimos que leas, perfecto.

—¿Cómo afronta su mandato?

—Hay una parte de esta biblioteca que ya funciona estupendamente, pero me gustaría incrementar nuestra actividad cultural y establecer alianzas. Mi misión principal es dinamizar, aunque ya le digo que, en eso, esta biblioteca aprueba con buena nota.