Expansión y rigor, las últimas cuentas de la Universidade da Coruña con Julio Abalde al mando

La Voz A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Marcos Míguez

Fortalecida por los fondos europeos, pero embridada por la inflación, la universidad coruñesa cierra el presupuesto del 2023 en 168 millones de euros, con 32 millones de inversiones

21 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cerrarán las facultades en los períodos en los que no haya clases, el suministro energético provendrá de centrales de compra para abaratar la factura y 12 edificios terminarán el año con paneles fotovoltaicos instalados sobre sus tejados. El 2023 arrancará en la Universidade da Coruña (UDC) marcado por el signo de la inflación y la crisis de las materias primas y la energía, pero sostenido por el presupuesto más elevado de sus 33 años de historia: 168,4 millones de euros, un 13,8 % más que el ejercicio precedente, de los que 110,6 millones (dos de cada tres euros) se dedicarán a pagar las nóminas —incluido el incremento retributivo del 2,5 % fijado por el Gobierno— y la subida del 6,8 % de los gastos corrientes.

El consejo de gobierno de la UDC dio ayer su conformidad a las cuentas para su ratificación definitiva en los próximos días por el Consello Económico e Social. Serán los últimos presupuestos de Julio Abalde. El rector completará en diciembre del 2023 los ocho años de gobierno que el reglamento de la institución establece como límite máximo de mandato, y el propio documento refleja algunas de las grandes líneas —y condicionantes, como la pandemia— de su etapa al frente de la universidad.

La Cidade das TIC, sin embargo, no se expresa en toda su dimensión en los presupuestos. En el 2023 entrará en funcionamiento el CSA y la nave de innovación del Instituto Tecnolóxico de Galicia, la Diputación construirá otro edificio para el sector audiovisual y a la vez se rehabilitarán, por un lado, el pabellón que albergará un centro de formación en nuevas opciones profesionales vinculadas a la transición tecnológica y digital, y por otro, el edificio principal, de dirección, de la antigua fábrica de armas.

El de Pedralonga será uno de los dos polos de innovación que la UDC quiere consolidar y a los que destinará buena parte de los 31,9 millones de euros en que ha cerrado las inversiones para el 2023. Equivalen al 18,95 % del presupuesto y crecen un 60 % respecto a las cuentas del 2022. «Son a mellor nova dos orzamentos e confirman a aposta desta universidade polo I+D+i», señaló en la presentación el vicerrector de Economía, Domingo Calvo, que avanzó dos actuaciones principales en el otro polo de innovación, vinculado al campus industrial de Ferrol. Consisten en la licitación, por 0,9 millones, del proyecto del Ci3, un nuevo edificio de 14.000 metros cuadrados donde se alojará el centro de investigación en ingeniería e industria inteligente, con proyectos pioneros sobre el gemelo digital, y avances en el órgano mixto que la universidad mantiene con Navantia a fin de desarrollar el astillero 4.0, para el que prevén una dotación de 2,7 millones financiada por la Axencia Galega de Innovación.

«Reinventar a economía desde o coñecemento», resumió Domingo Calvo para hacer hincapié en la prioridad que los presupuestos otorgan a los ecosistemas intensivos en conocimiento. «Visionámolo hai catro anos e a historia está a darnos a razón», celebró el vicerrector. 

Incertidumbre y ahorro

La incertidumbre económica sustenta la decisión de reforzar las partidas destinadas a los estudiantes hasta 1,3 millones de euros (becas, residencias, ayudas de transporte y promoción deportiva y cultural) y el refuerzo del fondo de contingencia en 0,58 millones de euros para atender imprevistos. Y sumada al mandato de la sostenibilidad, la misma inseguridad explica el plan de ahorro —un viejo conocido que la última crisis ha devuelto al primer plano, recordó el rector— que enviará a la plantilla al teletrabajo durante los períodos sin docencia, llevará a contratar la luz y el gas con Redexga y el CSUC (el consorcio de las universidades catalanas) en busca de mejores precios, y guiará la instalación de placas solares financiadas con 2,2 millones de euros procedentes de los fondos Next Generation a través del Inega con la idea de empezar ahorrar a lo largo del 2024.

«Son os orzamentos máis altos da historia debido ao bo comportamento na captación das distintas convocatorias dos Fondos de Recuperación», destacó Julio Abalde, que puso el énfasis en la subida «drástica» de las inversiones pero también de los gastos corrientes por la inflación de los suministros y la energía. «Son orzamentos para recuperarnos da pandemia, pero debemos estar atentos na súa execución para non saírnos da senda tradicional da UDC de rigor na xestión», advirtió el rector.