Descalzas en la Nochevieja

Javier Becerra
Javier Becerra CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

ANGEL MANSO

Las tradicionales imágenes de Fin de Año volverán a las calles de A Coruña tras dos años de ausencia

30 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una de las imágenes del Año Nuevo. Amanecer con cientos de jóvenes volviendo a casa. Ellos, con la corbata aflojada y la camisa por fuera del pantalón. Ellas, caminando descalzas con los zapatos de tacón colgando de las manos. Colas para pillar un taxi, confeti pisoteado por el suelo y el «feliz año» en los labios disparado sin ton ni son a cualquiera que lo desee escuchar. Todo eso volverá verse este domingo por la mañana, tras dos años de ausencia. El segundo, especialmente doloroso. A solo unos días de la gran fiesta hubo que desmontarlo todo, quedando los vestidos colgados de la percha y las cuentas de los hosteleros congeladas por el miedo. Ahora, no. Las principales discotecas ya lucen orgullosas en sus redes sociales que tienen todo vendido, como las estrellas del rock. En las tiendas ya no hay todas las tallas de trajes. Y en los hogares de los debutantes en esta fiesta se percibe un nerviosismo especial.

Normal. Fin de Año es una noche especial. Junto a San Juan, quizá la primera en la que muchos estiran por primera vez la juerga hasta el amanecer. La noche de las filas de jovenzuelos con trajes de pingüinos citándose en la esquina de Cortefiel. La de las colas interminables en la entrada de Pachá. La de las rutas de varios pubs en el Orzán con bonos de copas. La de los amaneceres con lentejuelas en el Playa Club. La de los churros intergeneracionales en Torre Esmeralda. La del pillar el Cal Pita por la mañana para seguir la fiesta en Betanzos. La de las fiestas alternativas en ese bar que pilló un colega solo para esa noche. La de acostarse bajando las persianas... y hasta la tarde o la noche. Sí, todo eso —actualizado a los momentos actuales— es lo que ocurrirá este fin de semana. Otra deuda pendiente de la pandemia.