Él fue de esos niños pegados a la pelota, marcado por la quinta de Bebeto. Peleón como Mauro Silva
02 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.No sé si Martiño Rivas habrá hecho mucha promoción en El hormiguero de Nacho, la serie que estrena el 5 de marzo sobre el actor porno Nacho Vidal, pero, desde luego, le ha hecho un homenaje a su equipo y, por extensión, a su ciudad. Porque Martiño es coruñés hasta la médula. Y deportivista todavía más. Él fue de esos niños pegados a la pelota, marcado por la quinta de Bebeto. Peleón como Mauro Silva, ese mediocampista que adoraba de pequeño (su jugador favorito), siempre llevó el fútbol dentro. Jugó mucho, pero también vio mucho fútbol, no solo el del Superdépor que tantos buenos momentos nos ha dado a todos. Él, de niño, se tragaba la Liga holandesa, la portuguesa, la alemana y lo que hiciera falta. Me lo confesó en una entrevista hace mucho tiempo, cuando nos descubrió también que había sacado el carné de conducir a la séptima, en Santiago, porque allí había menos tráfico. Martiño, que elige de los libros de su padre, el escritor Manolo Rivas, un relato sobre un caballo negro que vivía en Sabucedo, recogido en el recopilatorio El periodismo es un cuento, reveló más de una vez que se parece más a su madre, tanto físicamente como de carácter. Pero si presume de algo, es de ser coruñés. Bastó con verlo en la entrevista con Pablo Motos, en la que lució una camiseta del Dépor de aquellas que ponían Feiraco. Y así lo ha expresado en numerosas ocasiones. «Cando vou a Coruña gaño graos de sorriso, o meu sorriso estírase máis có do T-Rex», me contó en otro encuentro, en el que reconoció que en Madrid se sentía un extranjero. «Teño a sensación de que alí estou de paso», porque a Martiño, como él dice, lo que le gusta es ir a La Solana, tomarse unas tapas en La Bombilla o ir a A Pulpeira de Melide. No hay que darle más vueltas, él es un clásico coruñés.