La prenda pertenece a Leo Cao, de El Divino de O Burgo, que advierte: «Tocará enmarcarla y colocarla en el restaurante. Creo que ya ha cumplido su ciclo»
22 may 2023 . Actualizado a las 15:11 h.El concierto que Andrés Calamaro ofreció este domingo en el Palacio de la Ópera de A Coruña contó con un protagonista inesperado: Leo Cao, del restaurante El Divino de O Burgo. El artista argentino ya llevaba un buen rato sobre el escenario del auditorio coruñés conquistando al público con un repertorio en el que no faltaron los éxitos ni las menciones a modo de homenaje a Arsenio Iglesias, cuando los acordes de Maradona empezaron a sonar. En ese momento, Leo Cao se levantó de su asiento y elevó por encima de su cabeza la camiseta de la selección albiceleste con el número 10 del astro del balón. «Me la compró mi padre en el Mundial del 86, cuando Argentina salió campeona, y me la firmó el propio Maradona cuando me lo encontré por casualidad en el año 90 en el estadio de Boca. Con los lavados se ha ido gastando, pero todavía se ve la firma. Es muy especial y solo me la pongo para conciertos y partidos importantes», explica el gerente del espacio hostelero. Con los últimos compases de la canción sonando, Leo Cao bajó hasta el escenario, lanzó la camiseta y Calamaro la recogió para ponérsela sobre la cabeza mientras el auditorio coreaba al unísono el «oé, oé, oé, oé, Diego, Diego».
La acción contaba con un componente de premeditación claro. «Estaba esperando fuera porque sabía por dónde iba a entrar y me la firmó antes de empezar el concierto», comentó el hostelero. Y a pesar de que Leo Cao se acercó a Calamaro a la salida del concierto para decirle que podía quedarse con la prenda a modo de regalo, el artista entendió el valor sentimental de la camiseta y se la devolvió a su legítimo dueño. «Parecía que se la iba a llevar, pero me la devolvió. Ahora tocará enmarcarla y colocarla en el restaurante. Creo que ya ha cumplido su ciclo», asegura.
El hostelero argentino se quedó encantado con el gesto de Calamaro, al que ya vio en directo en cuatro ocasiones —dos en Buenos Aires, una en Madrid y la de este domingo en A Coruña—, y lo único que lamenta es que el artista y su equipo, por problemas de horarios, no hayan podido aceptar la invitación que les hizo de comer en El Divino y disfrutar de alguna de las exquisitas piezas de carne de las que disponen. «Soy fan desde hace muchos años. El concierto fue espectacular y fue increíble ver a gente de todas las edades disfrutando de su música y cantando canciones que han dado la vuelta al mundo», resume todavía con emoción el encargado de unir a través de una camiseta a Calamaro y Maradona en la ciudad herculina.