No hay peor sensación de ridículo que la de perder unas elecciones y encontrar un cartel con tu nombre en plena calle
31 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El lunes, cuando todos nos las prometíamos tan felices, decía Xosé Luis Barreiro en Radio Voz que no hay peor sensación de ridículo que la de perder unas elecciones y encontrar un cartel con tu nombre en plena calle. Así que seguro que alguno de los protagonistas de los pósteres de las municipales respiró con cierto alivió después de que Sánchez lanzase el órdago del adelanto electoral. Porque por mucho que Feijoo se empeñase después en decir que las generales de julio no tapan la debacle socialista del domingo pasado, más allá de la formación de gobiernos locales, el mapa de España teñido de azul el pasado 28 se ha quedado igual de reseso que las noticias de ayer.
En la calle, pendiente de si Rueda remataba la faena y decidía adelantar las autonómicas (cada uno tiene sus vicios), las paradas de autobuses lucían los rostros sonrientes de varios candidatos. Por alguna pared asomaba la sonrisa de Yolanda Díaz detrás de su apuesta local. Todo tremendamente ridículo, porque los gestos amables y esperanzados, los lemas de campaña, pasaron de moda en menos de 24 horas. Como las camisetas de alguna cadena de moda rápida, el reto de TikTok de hoy o la dieta de la piña.
Podían hacer entre todos los partidos un ejercicio de sostenibilidad y reutilizar los carteles. Que no son los mismos candidatos y seguro que están los de márketing pensando el nuevo eslogan con el que convencernos y los pobres también son criaturas de Dios y se merecen un sueldo. Pero para ahorrar el ridículo del 24 de julio, y en medio de tanto sobresalto, igual la mejor operación publicitaria es dejar los carteles como están, que ya nos apañamos los ciudadanos para escoger papeleta.