La Fiscalía pide seis años de prisión para el lotero de la primitiva de 4,7 millones perdida en A Coruña

A CORUÑA

El lotero Manuel Reija
El lotero Manuel Reija EDUARDO PEREZ

La acusación solicita la misma pena para su hermano, así como una multa de 9,4 millones de euros

23 jul 2023 . Actualizado a las 00:27 h.

El lotero Manuel Reija y su hermano Miguel, delegado de Loterías en A Coruña, se enfrentan a seis años de prisión. La Fiscalía entiende que el primero engañó a un apostante en junio del 2012, diciéndole que su boleto no estaba premiado cuando en realidad los números coincidían con la combinación ganadora de la primitiva, agraciada con 4,7 millones de euros. Luego, valiéndose de la ayuda y el cargo del hermano, hicieron todo lo posible para cobrar el premio. Más allá de eso, para la fiscala del caso no hay más ganador que el apostante estafado, que falleció sin saber que aquel boleto le pertenecía. Por tanto, para la acusación pública deben ser su viuda e hija las que reciban los 4,7 millones de euros.

Esta es, en resumen, la versión del Ministerio Fiscal, que presentó ayer su escrito de calificación en el que solicita para el lotero una pena de seis años de cárcel como supuesto autor de un delito de estafa. También pide su inhabilitación para el ejercicio de cualquier profesión relacionada con la actividad de Loterías y Apuestas del Estado durante el tiempo de la condena. Alternativamente, por el delito de apropiación indebida, la pena de seis años de prisión.

Para Miguel Reija, delegado de Loterías en A Coruña, la Fiscalía pide por el delito de blanqueo de capitales la pena de seis años de prisión, así como una multa del doble del valor del bien (9,4 millones). Al igual que el anterior, solicita su inhabilitación para profesión u oficio relacionado con loterías. Alternativamente, por el delito de encubrimiento, la pena de tres años de prisión.

La Fiscalía recuerda que el hombre al que la policía atribuye la propiedad del boleto era «un jugador habitual en el sistema de Apuestas y Loterías del Estado. Tenía por costumbre realizar cuando menos con periodicidad semanal diversas validaciones y comprobaciones de los resguardos obtenidos en los juegos de la primitiva, gordo de la primitiva, euromillones y bonoloto». Añade la acusación que el apostante acudía a distintas administraciones del loterías —incluso cuando se hallaba temporalmente fuera de A Coruña—, siendo una de ellas la regentada por el acusado Manuel Reija.

El proceder habitual en la comprobación de los boletos validados era que el apostante entregaba al lotero los resguardos de la apuesta, «en la confianza de que este, telemáticamente y a través del uso del terminal instalado en cada administración, comprobase el resultado de los mismos, siendo obligación de este último, en caso de resultar premiado, realizar el abono correspondiente o, en su caso, devolver el resguardo premiado a su titular para que procediese al cobro del premio», puntualiza la Fiscalía.

Se quedó con el boleto

El apostante validó el 26 del junio del 2012 cuatro boletos de lotería. Dos de ellos del gordo y los otros dos del sorteo de la primitiva. Dicha validación se produjo en el centro comercial Carrefour de la avenida de Alfonso Molina.

Uno de los boletos validados fue para el sorteo de la primitiva a celebrar el 30 del mismo mes, tratándose de una apuesta automática con la combinación 10-17-24-37-40-43, R3. Ese boleto resultó guardar un premio superior de primera categoría con un importe de 4,7 millones de euros.

El apostante, «ignorante de tal circunstancia, acudió el 2 de julio de aquel año a la administración de loterías número 22 de A Coruña, en la calle San Agustín y regentada por el acusado Manuel Reija, con el fin de comprobar el resultado de sus apuestas, entre las que se encontraba la agraciada», añade la acusación.

Sobre las once y media de la mañana, el hombre entregó al investigado los boletos para su comprobación y «este procedió de la siguiente manera: Manuel Reija recibió esas apuestas, las introdujo en el terminal y a las 11.25 horas, al comprobar que uno de ellos era el premiado, conocedor del alto importe del premio, se lo quedó para sí, junto con los demás boletos, y no comunicó al apostante dicho extremo ni tampoco le devolvió el resguardo ni el comprobante expedido por el terminal, convenciendo así al perjudicado de que no había obtenido premio alguno. De esta forma le impidió el cobro del premio y el consiguiente incremento de su patrimonio», sostiene la fiscala.

El delegado de Loterías «omitió toda actuación» para descifrar el origen del boleto

¿Qué ocurrió después del supuesto engaño? La fiscala, según ha recogido del atestado policial, afirma que el acusado, «todavía con el boleto en su poder, continuó atendiendo al apostante en los segundos siguientes verificando otros boletos que le entregó, para a continuación y durante 19 segundos, validar consecutivamente ocho apuestas entregadas por dicha persona».

A continuación, «el apostante abandonó la administración en la creencia errónea de que su resguardo no había obtenido premio alguno, sin el boleto y sin justificante alguno de premio». Minutos después, «el acusado realizó una segunda comprobación del boleto agraciado junto con otros boletos entregados por el apostante que también tenía en su poder y que no resultaron agraciados, con el fin de asegurarse de la categoría superior del premio y por tanto de su alto importe. Concretamente, volvió a introducir el boleto agraciado dos veces en el terminal», dos veces en un minuto, precisa la Fiscalía.

«Allanar el camino»

Con el boleto en su poder, ese mismo día acudió a la delegación provincial de loterías y apuestas del Estado de A Coruña regentada por su hermano, el también acusado Miguel Reija, con la finalidad de acelerar los trámites del cobro del resguardo prescindiendo de cualquier procedimiento reglado y como si fuese legítimo poseedor», añade el fiscal.

«Siendo plenamente consciente de la ilegitimidad de la posesión de este título por parte de su hermano, se dispuso a allanar el camino para que Manuel Reija pudiese hacerse con el efectivo, prescindiendo de cualquier procedimiento reglado. Tras devolverle el boleto realizó actos tendentes a disfrazar el verdadero origen del boleto a los efectos de que pudiese hacer efectivo el premio», afirma el fiscal.

Miguel Reija «omitió toda actuación, como delegado provincial, que pudiese servir para verificar el origen real del boleto», concluye la acusación.