El concierto de Mika del 2012

Javier Becerra
Javier Becerra CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

GUSTAVO RIVAS

Hace once años el libanés puso a botar a toda la playa de Riazor en una actuación pletórica. Como la iguale o supere en la apertura de las fiestas el delirio está servido

28 jul 2023 . Actualizado a las 16:19 h.

No estaba Mika en su mayor momento de popularidad en el verano del 2012. Por eso, cuando se anunció que iba a liderar la primera jornada del Noroeste Pop Rock (aún se llamaba así) se produjo esa típica reacción de postureo musical coruñés: «Buah neno, ya nos han colado otra vieja gloria para el Noroeste». La concejala de Cultura de entonces, Ana Vilaseco, quería darle un empuje internacional al evento. En principio, había optado por Keane. Se complicaron las negociaciones y apareció la baza de Mika, un supuesto caballo perdedor que, sobre las tablas, demostró ser todo lo contrario.

Nada como asistir a un concierto con pocas expectativas. Y nada como encontrarse con un artista total con ganas de enamorar desde el primer momento. Aquel Mika que llegaba con el adelanto de lo que iba a ser luego The Origin of Love (2012), su tercer disco, tardó apenas diez minutos en mostrarse como un triunfador. Clavó su flecha en los corazones repartidos por la playa de Riazor (25.000, dijo el Ayuntamiento), totalmente rendidos a su hechizo pop. Hubo muchos momentos potentes, pero sin duda el que quedará en la memoria colectiva es el tramo final de un Love Today en el que toda —y cuando digo toda es toda— la playa se puso a botar a su son, mientras las luces creaban una atmósfera de euforia total. En la zona de autoridades, donde nos colocaban a los periodistas, pude ver a más de un político de rostro serio habitual arrebatarse y perder totalmente la compostura. 

Ese fue el recuerdo que me vino a la cabeza en cuanto el miércoles se supo que el cantante libanés iba a abrir las fiestas de la ciudad el 1 de agosto. Como haga la mitad de lo que hizo hace once años en Riazor será una gran noche. Como la iguale o supere, el delirio está servido.