Uno de los nuestros

Hugo Álvarez Domínguez CRÍTICA MUSICAL

A CORUÑA

La Orquesta Sinfónica de Galicia actuó el sábado en la plaza de María Pita
La Orquesta Sinfónica de Galicia actuó el sábado en la plaza de María Pita EDUARDO PEREZ

La cita de la Sinfónica de Galicia con la plaza de María Pita de A Coruña tenía este año el interés añadido de ser el primer concierto de Roberto González-Monjas como nuevo titular de la formación

21 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Sinfónica de Galicia. R. González-Monjas, director musical. Obras de Rimski-Kórsakov y Músorgski. Plaza de María Pita, 19 de agosto.

La cita de la Sinfónica de Galicia con la plaza de María Pita de A Coruña tenía este año el interés añadido de ser el primer concierto de Roberto González-Monjas como nuevo titular de la formación. Con el aforo lleno desde mucho antes del inicio, el maestro se metió al público en el bolsillo con lecturas frescas e ideas renovadoras; firmando un éxito que augura lo mejor para la etapa que comienza.

Desde el inicio del concierto de la agrupación (presentándose al respetable micrófono en mano para luego invitar a seis espectadores a sentarse en el escenario) quedó claro que es un artista comunicativo y cálido.

La cuestión acústica siempre es peliaguda en un concierto al aire libre (máxime cuando, como el sábado, la amplificación pudo ser más nítida), pero hay que valorar que González-Monjas huye de la grandilocuencia en sus versiones (nunca cargó las tintas durante Cuadros de una exposición, una obra proclive a ello) buscando más la atención al matiz y a que los planos sonoros se escuchen con la mayor claridad posible: lo logra, como quedó patente en el final del Capricho español, tan vivaz como bien expuesto. De gesto claro y tempi vigorosos, permitió lucirse a los solistas (todos atinados; pero es forzoso destacar el estupendo trabajo de la concertino en el Capricho español, el arpa en esta misma obra o el diálogo de fagot y saxo en El viejo castillo de Cuadros de una exposición), y puso su sensibilidad siempre al servicio de la música. Diferenció bien las atmósferas en los Cuadros... con un final quizá menos explosivo que de costumbre; pero muy acertado.

Para las propinas dejó dos piezas icónicas de los conciertos de la plaza de María Pita: la siempre escalofriante Negra sombra y el himno del Deportivo, que el maestro dirigió con camiseta blanquiazul demostrando que ya es uno de los nuestros. El público lo pasó en grande. Cabe acoger con entusiasmo la llegada de González-Monjas.