Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Ropa artesanal y sostenible desde Os Castros

Maruja Campoviejo A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

César Quian

«Cada vez hay más gente que busca una calidad y prendas con identidad propia. En ese nicho de mercado es donde yo he situado mi taller», dice Ricardo Rey

26 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

A Ricardo Rey le gusta trabajar con las manos. Siempre le atrajo la costura y, de alguna manera, siempre ha estado relacionado con la confección. Durante muchos años regentó Ricardo Interior Hombre, una pequeña tienda en la avenida de A Pasaje, y desde que se jubiló Loly, su madre, también gestionaba Lencería Marta (justo enfrente). Pero tenía ganas de renovarse. Aprendió costura, exploró cientos de ideas, perfeccionó su técnica. Y se lanzó.

«Cada vez hay más gente que busca una calidad y prendas con identidad propia. En ese nicho de mercado es donde yo he situado mi taller», comenta. «Hago ropa artesanal, sostenible. De cada prenda hago solo dos o tres unidades, incluso de algunas solo una. Son cosas que la gente sabe que no va a ver repetidas por la calle y eso también lo valoran». Ricardo afirma que todo lo que fabrica satisface una necesidad. Confecciona mochilas, bolsas de playa, vestidos de verano, kimonos… Es una esponja. Absorbe las opiniones que recibe de la gente y se adapta, sin desprenderse nunca de la pasión. «Me encanta todo lo que hago. Soy incapaz de trabajar con una tela que no me guste o simplemente no me diga nada, porque el trabajo que me va a dar es el mismo, pero la satisfacción cuando acabo no es igual», explica. «Pero también me adapto a cada cliente. Todas las semanas viene gente que quiere alguna prenda con determinados cambios, o me traen vaqueros viejos para que les haga una mochila. Quedan cosas muy chulas». Desde Os Castros, su proyecto gana cada vez más popularidad. Tiene casi mil seguidores en Instagram y sus artículos han sido reconocidos en diferentes encuentros de artesanía, como el Mercado das Nubes. «Sobre todo, me gusta mucho cuando entran señoras que llevan cosiendo toda la vida y te dicen “Caray, qué prendas tan bonitas y qué bien confeccionadas”. Eso te levanta la moral y te refuerza mucho. Y poco a poco voy haciendo cosas nuevas».