Pilar Vázquez, hija de los fundadores de Retales Orillamar, cierra el negocio por el declive del sector. «No se puede luchar contra los elementos», dice orgullosa de haber mantenido la tienda casi 70 años
17 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Los únicos retales que quedan son los recuerdos. Tras 66 años de historia, el comercio coruñés pierde una de sus pequeñas y entrañables piezas. «Llega un momento en que tienes que cerrar los ojos y concluir que no se puede seguir. Teníamos que dar el paso porque nunca le debimos nada a nadie y ahora empezábamos a tener problemas para hacer frente a nuestras obligaciones», explica Pilar Vázquez, hija de los fundadores de Retales Orillamar, que acaba de cerrar sus puertas para siempre. La fundó el matrimonio formado por Carmen Vázquez Corral, de Cañás, y Manuel Vázquez González, de Sarandóns, vecinos y primos. El primer local fue en el 106 de la calle Orillamar, de ahí el nombre, aunque ya llevaba bastantes años en unos locales de la calle Tui. En 1978, su hija Pilar se hizo cargo del negocio junto a su marido, Alberto Gil. El mes que viene celebran los 60 años de casados. «Él trabajaba en una oficina, pero se vino con nosotros porque por aquel entonces hacía falta gente», recuerda Pilar, que no pierde la sonrisa ni la ilusión a pesar de la cruda realidad del cierre. En el 2015 se jubiló y su hijo Alberto, la tercera generación, apostó por los retales, por las cortinas, pero «llevábamos mucho tiempo viendo cómo la cosa iba a menos y no se puede luchar contra los elementos. Y pensar que en su día llegamos a sopesar irnos a una nave en A Grela», confiesa Pilar. Le queda la satisfacción de haber mantenido los Retales Orillamar durante casi 70 años, que no es sencillo de conseguir. La gente dice «qué pena», y ella les contesta: «Ya, pero vivimos de vender, y si no se vende...».