Una casa azul del lugar oleirense de O Carballo esconde un dinámico atelier y una academia de alumnas con edades entre los 16 y 79 años
03 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La Nacional VI se ha industrializado como si fuese la prolongación de un gran polígono. El asfalto es flanqueado cada vez por naves más grandes, concesionarios, hipermercados, talleres o almacenes de gran maquinaria. La carretera gana tramos con doble carril y se corona con un gran scalextric en Iñás.
Y en este contexto de asfalto e industria asoma una escuela de costura, una sencilla casa de color azul que aporta no solo un toque cromático sino también de heroicidad. Es el Atelier R&P que dirige Sofía Rodríguez desde hace año y medio junto con uno de sus antiguos alumnos, Brais Parada.
Esta casa de O Carballo tiene vida todo el día. Por la mañana, los dos socios trabajan en el taller de confección para responder las demandas de un número de clientes que va subiendo. La relación de tipos de labor es tan prolija como las enumeraciones de una canción de Sabina: «Aquí hacemos trajes de tuno, bañadores, novias, tapicería, prendas de perros, cortinas, lonas para barcos, fundas de cama a medida, trajes regionales, colecciones para pequeñas diseñadoras...», relata Sofía.
Por la tarde llegan las alumnas, repartidas en grupos de martes a jueves, para recibir sus clases. También hay de todo. La alumna más veterana tiene 79 años y Valeria, la más joven, 16. Es un universo intergeneracional empezando por los propios profesores. Sofía tiene 58 y Brais 21.
Son comunes las jóvenes que estudian Confección y Moda en la escuela del Paseo das Pontes de A Coruña. «Pero mujeres de entre 40 y 70 años es el perfil más común», señalan. Es el caso de Marisol, que acude los jueves. «Aquí estoy encantada de la vida, me enseñan muy bien, tienen tanta paciencia...», señala la mujer, a la que un día llamó la atención «una casa tan mona» y decidió entrar. Hasta aquí llegan clientes desde Ferrol.
Pero conozcamos mejor a los maestros de la costura de este Atelier cuyo nombre, R&P, responde a sus primeros apellidos, Sofía Rodríguez y Brais Parada. Ella vivió aquí desde los 11 años, es la casa familiar a la que ha dado una segunda vida. Recorrió numerosas localidades para dar cursos de patronaje y costura financiados por Administraciones, pero la pandemia lo frenó todo. Se rehízo volviendo a sus raíces y convidó a sus alumnas a continuar con ellas en la casa azul. En esta etapa contó con el apoyo de Brais Parada, quien recuerda que no se conocieron cosiendo. «Fue durante unas clases de baile en O Temple», señala el joven, que lleva hilos de coser en el ADN. «Me crie entre agujas, mi abuela era modista, y mi madre tiene la mercería Leticris en O Temple», señala Parada, quien realizó los estudios en la escuela de Paseo das Pontes. «A mí siempre me tiró el mundo de la confección y la modistería», añade.
Sofía podría considerarse una influencer de este sector. Es muy reclamada en eventos y por los medios de comunicación cuando toca hablar de diseño y patronaje, para los que se preparó varios años de forma académica. «Yo no me cierro a nada pero reactivar esta casa nos vino muy bien. Ahora mismo perder esta ubicación no nos beneficiaría mucho, nos está aportando mucho, bastantes clientes, es un lugar de paso de personas de otros ayuntamientos», explica Sofía, quien destaca una curiosidad de este tándem tan bien compenetrado: «Lo curioso es que a Brais, que es mucho más joven, le va lo clásico y yo soy más vanguardista». Al tiempo que imparte las clases no deja de formarse. Lo último es un máster del 2023, pero, como señala su compañero, «en estas paredes ya no caben más diplomas».