Teresa Suárez Agrasar: «Recibimos muchas quejas de vecinos por la convivencia con las mascotas»
A CORUÑA
Es la nueva presidenta del Colegio de Administradores de Fincas de Galicia, formado por unos 600 profesionales
04 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Profesional de reconocido prestigio y larga trayectoria, la coruñesa Teresa Suárez Agrasar acaba de tomar posesión como nueva presidenta del Colegio de Administradores de Fincas de Galicia. Lo hace tras el cese, por motivos familiares, de Martín Bermúdez de la Puente, que fue el máximo responsable de la corporación durante casi 20 años.
—¿Esto es para felicitarla o es un marrón?
—Lo afronto con gran ilusión y con la promesa de seguir poniendo en valor la imagen de un colectivo que suma más de 600 profesionales en toda Galicia. Por cierto, la mayoría de ellos están en A Coruña, donde somos 287.
—¿Cuáles son sus objetivos?
—Dignificar la profesión del administrador de fincas y fomentar la colegiación.
—¿Profesionalizar la figura?
—Así es. El administrador no es solo el que lleva las cuentas de la comunidad; tiene una responsabilidad que va mucho más allá y abarca numerosas funciones. Por tanto, debe acreditar una capacitación y una cualificación académica.
—¿Quién puede ser administrador?
—Hay una serie de titulaciones superiores (como Económicas, Derecho, etcétera...) que permiten un acceso directo. Si no, debes superar un curso de tres años en una universidad con título propio de administrador de fincas. Queremos conseguir un título propio a nivel nacional. En la actualidad, nosotros colaboramos con la Universidad de Burgos y la de Alcalá de Henares para la realización de los exámenes.
—¿Se encuentran con muchas comunidades mal administradas?
—Sí, pero dentro del colegio existen unos controles y lo gestionamos. Fuera no.
—¿Cómo lo hacen?
—Con sanciones que pueden llegar incluso a la inhabilitación.
—Lo que buscan es alcanzar la excelencia, ¿no?
—Eso es, administrando las comunidades de propietarios de forma justa, eficiente y con respeto al código deontológico profesional. Además, me gustaría reivindicar nuestra labor social, ya que podemos colaborar en temas como la soledad no deseada, los conflictos vecinales o la violencia de género. En una comunidad, todo el mundo sabe lo que pasa en cada casa.
—¿Hay inquietud respecto a la nueva Ley de Vivienda?
—Detectamos una inquietud creciente con la nueva normativa estatal. Va a contribuir a que se retiren más viviendas del mercado de alquiler. Hay que tener en cuenta que, en Galicia, la mayoría de las personas que tienen una vivienda para alquilar son pequeños ahorradores, no unos fondos buitre.
—Un tema en auge en las comunidades son las ayudas para la eficiencia energética.
—Este es un momento muy oportuno para solicitar estas ayudas, pero son complejas en sus requisitos técnicos y formales. A veces, casi tenemos que convencerlos para que se animen, pero nos ocupamos nosotros.
—¿Con las viviendas de uso turístico estamos poniendo el parche antes de la herida?
—En A Coruña no vemos que haya mucha conflictividad con este tipo de viviendas. Solo pedimos que se les dé seguridad jurídica.
—¿Detectan mayor conflictividad con las mascotas? ¿Está habiendo muchas quejas?
—Sí, muchísimas. Hay perros que se quedan solos y se pasan ladrando todo el día. Creo que es una cuestión de educación y respeto. Si tienes un animal, debes procurar que no moleste a tu vecino. En realidad es complicado, porque está el derecho de cualquier persona a tener una mascota frente al derecho del otro al descanso, o que te dé miedo subir con un perro de grandes dimensiones en el ascensor.
«En las juntas de propietarios sale lo peor y lo mejor del ser humano»
Teresa Suárez Agrasar es graduada social, licenciada en Ciencias del Trabajo y en Derecho. También es máster en Relaciones Industriales por la Universidad de Alcalá de Henares y máster como especialista universitaria en Mediación por la Universidad de Santiago de Compostela. Su amplísimo currículo es fiel reflejo de la cantidad de funciones que deben desempeñar a diario los administradores de fincas.
—Derecho, gestión, mediación... Pero, además de la formación, ¿qué cualidad debe tener todo buen administrador de fincas?
—Paciencia y empatía.
—¿En las juntas de propietarios sale lo peor del ser humano?
—Sale lo peor, pero también sale lo mejor. Piense que el 80 % de la población vive en comunidad, así que vemos de todo.
—¿Con el tiempo acaba una haciendo de psicóloga?
—Es una pretensión decir eso, pero, en cierto modo, sí. Tenemos que escuchar mucho a los vecinos. En las juntas es cuando pueden manifestarse, hablar y, sobre todo, votar.
—Tras una vida entera dedicada a esto, ¿todavía le sigue gustando?
—Desde luego. La primera comunidad que administré fue en el año 1987, aunque ya había iniciado mi trayectoria como gestora en el 80. Es una profesión muy bonita.
—¿Y cómo ha cambiado en estos cuarenta años?
—Muchísimo. Antes había otro respeto hacia los profesionales. Con las nuevas tecnologías, ahora todo el mundo sabe de todo y cuestiona lo que le dices. Tienes que ir muy segura a las juntas.
—Si volviera a empezar, ¿seguiría el mismo camino?
—Seguramente. Es una profesión que te permite conocer mucho a la gente. Hay quien te pide una cita para que le expliques algo sobre la cuota, pero en realidad viene a contarte su historia.