Risas y lágrimas se mezclaron en el tradicional entierro de la sardina, punto final del exitoso entroido coruñés
14 feb 2024 . Actualizado a las 22:35 h.San Andrés vibraba este miércoles al borde de las 20.30 horas en lo que sería el final definitivo del entroido coruñés. El tradicional entierro de la sardina, uno de los actos más seguidos por los carnavaleros acérrimos, estaba a punto de comenzar. Y eso se notaba en el ambiente.
La comitiva salió con puntualidad británica del Circo de Artesáns, donde la sardina había sido velada durante los últimos días, y este Miércoles de Ceniza recibiría su último adiós en la playa de San Amaro, dando la estocada definitiva a una de las fiestas más veneradas en la ciudad.
Las plañideras abrían el camino del séquito fúnebre, que fue creciendo en intensidad y número conforme avanzaba la procesión. Aunque de fúnebre tenía poco. En la confluencia de María Pita, numerosos asistentes se despedían de uno de los carnavales más intensos que se recuerdan en años. La sensación era agridulce. Respetuosa solemnidad mezclada con la sátira más desvergonzada. Así lo demostraron los encargados de dar el responso, en la plaza municipal, en la que todavía se apreciaba algún que otro disfraz. Una sucesión de apropósitos al más puro estilo de los grandes emblemas coruñeses. Una especie de homenaje y oda a la fiesta que termina, pero que no se olvida.
La comitiva recorrió las calles de la parte alta de la ciudad, hasta llegar a la playa de San Amaro, donde el mar se tragó la sardina, ante la emoción contenida de los allí presentes, ya con ganas del carnaval del 2025.