Dani Botana convocó a sus amigos en el Obelisco donde los recogió en un autobús para celebrar juntos su aniversario
07 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Los invitados recibieron horas antes un mensaje: «A las cinco y cuarto en el Obelisco». Hasta ese momento solo les habían indicado que tenían que acudir elegantes y «con muchas plumas», pero no sabían a dónde. Ayer a esa hora apareció un bus en el Cantón Grande y dentro de él el gran protagonista, Dani Botana, que empezó así la celebración de su 50 cumpleaños. «Es una fiesta de agradecimiento a la vida y a toda la gente que lleva todos estos años a mi lado. Junto a amigos de EGB y hasta a una profesora. Lo veo como una reunión, un evento sobre mi vida. Me siento muy querido», me comenta poco antes de iniciar la jornada de sorpresas. Dani, hijo de Manuel y Charo, fundadores de Motos Botana, no siguió con el negocio familiar y se decantó por la peluquería en contra del criterio paterno. Regentó un salón de belleza desde 1999 hasta el 2016 en la calle Ciudad de Lugo. «Entonces decidí cambiar de vida y ponerme a estudiar unas oposiciones que aprobé, ahora soy profesor de peluquería en Someso y vivo otras experiencias enriquecedoras, como trabajar con niños con discapacidad sin salir del mundo peluquero. Pasé de autónomo e hijo de autónomos a funcionario, nunca lo pensé. Decidí comprar tiempo», destaca el nuevo cincuentón. Los invitados se subieron al bus que se dirigió hacia la zona de la torre de Hércules para tomar une cerveza. De ahí al hotel Finisterre, con alfombra roja, donde les esperaba un grupo de baile contratado por Dani. «Escogí un sitio emblemático y que no esperasen, porque mi gente es de barrio», apunta. Pero no solo hubo las sorpresas preparadas por el protagonista. «Como sabemos cómo es Dani también preparamos nosotros alguna. Cuando acaben las suyas, empezarán las nuestras», avanza Bea Garrido, una de las invitadas a la fiesta de 50 cumpleaños con mayor cantidad de sorpresas.