Despedido en A Coruña a los 20 días de empezar por retrasar dos obras y llamar «chavalita» a su formadora

a. mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La sede del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), en A Coruña
La sede del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), en A Coruña Marcos Miguez

El empleado acusó a la empresa de racismo, pero el TSXG apoyó el cese disciplinario

25 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Un hombre comenzó a trabajar en una empresa y a los tres días ya mostró «su pésimo comportamiento» con sus compañeros. No solo eso, por su culpa se tuvieron que retrasar dos obras. Sus superiores decidieron despedirlo y él los acusó de racistas. En su demanda a la empresa expresó que «si no fuera extranjero, no me pondrían en la calle». El Juzgado de lo Social número 2 de A Coruña acordó que el cese disciplinario era lícito. El empleado, no conforme, recurrió ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que también ratificó la validez del despido. En cuanto a la acusación de racismo, los jueces le recuerdan al demandante que en esa empresa no solo trabajan más extranjeros, sino que a uno de ellos lo ascendieron a jefe, por lo que no se puede culpar a los jefes de xenófobos.

Según la sentencia, el hombre firmó con la empresa el 17 de octubre del 2022 con un salario bruto de 1.916 euros y fue despedido el día 10 del mes siguiente. En ese corto espacio de tiempo, «se le imputan al trabajador varias faltas graves». En primer lugar, «se ha podido constatar que durante las formaciones de prevención de riesgos laborales importunó a la técnico interrumpiendo sus explicaciones y dirigiéndose de manera despectiva a ella como chavalita o nena, y subestimando la formación impartida». Aparte de eso, la empresa pudo acreditar «de forma fehaciente» que su rendimiento no es el adecuado, no llevando a cabo su trabajo con la debida diligencia». Un día, añade la sentencia, «hizo caso omiso a su superior no prestando atención a las directrices que este último le estaba dando y decidió sin ningún motivo, no usar una determinada herramienta. Debido a todo ello, provocó que la obra se retrasara y se generara malestar en el equipo. En otra ocasión, volvió a hacer caso omiso a las directrices del encargado y se volvió a retrasar otra obra».

El abogado del trabajador dijo que «no existió una justificación objetiva y razonable para el despido en el mismo día en el que vencía el permiso de residencia, lo que, a juicio del recurrente sí constituye un indicio de que la actuación de la empresa tenía motivaciones vinculadas a la vulneración de derechos».