
Pedro Calvo se jubiló después de 50 años en la Raxaría As Neves, primero con los fundadores y los últimos años con la segunda generación
04 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Cuando él empezó a trabajar en el negocio familiar nosotros no habíamos nacido», apunta Laura García, gerente junto con su hermano Miguel de la mítica Raxaría As Neves. Son la segunda generación de un establecimiento que fundaron sus padres a principios de los setenta y en los que siempre trabajó Pedro Calvo Martínez. Los dueños se jubilaron y él siguió, llegó la segunda generación y Pedro continuó atendiendo a los clientes. Pero ahora, después de 50 años trabajando en el mismo lugar, le toca jubilarse. «Es un personaje emblemático. Todo el mundo, cuando lo ve, sabe que está en la raxaría. En nuestras fotos familiares siempre está Pedro», destaca Laura. Hoy cumple los 65 años y ya podrá pasar todo el tiempo que quiera en su querido Castriz, en Santa Comba, sin necesidad de tener que cumplir su horario en la ronda de Outeiro 300, el lugar donde cotizó durante medio siglo. Un camarero de los buenos. De los que nunca pasa ciertos límites sagrados. De esos que todo el mundo conoce y trata pero casi nadie conoce su nombre. «Los clientes dicen el del pelo blanco, el de toda la vida, el callado...», confirma la actual copropietaria. Un profesional discreto y de pocas palabras, pero efectivo. Echando la vista atrás, la historia comienza en 1970 cuando Mercedes Fraga monta en la galerías de la ronda de Outeiro un café que bautizó con el nombre de Las Nieves porque en el techo había una decoración que imitaba un paisaje nevado. Miguel, su marido, era cocinero y se incorporó un poco después al negocio que empezó a ser alabado por el raxo. Una trayectoria larga en la que siempre estuvo presente Pedro, el camarero que trabajó más años que los dueños.