Pese a los denodados intentos del gobierno municipal, parece evidente que el mensaje no acaba de calar, que los datos inquietan y que algo hay que hacer para revertir la situación actual. OPINIÓN: Golpe de timón
18 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Es difícil entender que una alcaldesa con un 93,8 % de conocimiento entre el electorado y con un alto nivel de exposición pública después de cinco años de gobierno tenga una valoración de 4,74 puntos, la más baja entre los regidores gallegos si exceptuamos a Gonzalo Pérez Jácome. Pero la política, a veces, es caprichosa, y así lo ratifica el último barómetro de Sondaxe, publicado en mayo al cumplirse un año de las últimas elecciones municipales. La encuesta de Sondaxe decía algo más: la valoración de Inés Rey era de 5,27 puntos un año antes.
Tampoco han sido buenos los datos de las recientes elecciones europeas. Aunque la extrapolación de los resultados a la esfera municipal siempre es relativa, lo cierto es que en la ciudad de A Coruña el PSOE bajó de un 36,6 de porcentaje de voto en el 2019 a un 29,2, mientras que el PP subió de un 25,1 a un 40.
Pese a los denodados intentos del gobierno municipal, parece evidente que el mensaje no acaba de calar, que los datos inquietan y que algo hay que hacer para revertir la situación actual. La respuesta es este golpe de timón de la alcaldesa, que parece acertado en el tiempo porque quedan por delante tres años de gobierno para replantear y actuar.
Otro asunto distinto es que la solución sea acertada: acabar con las macroáreas y, aparentemente, repartir más juego entre los concejales. El tiempo lo dirá. Más clara parece la apuesta por reforzar la atención a los barrios, donde emerge un problema común, la seguridad ciudadana. Es verdad que la competencia en la materia es sobre todo de la Policía Nacional, que depende de la Delegación del Gobierno. Pero la ciudadanía no tiene esa percepción, ni tiene por qué tenerla, y la política de echar balones fuera lleva tiempo pasándole factura al ejecutivo local. Curiosamente, ha sido la oposición la que ha estado capitalizando el problema, liderando protestas populares y debates en los que María Pita, hasta la fecha, se ha puesto de perfil.