Crece el malestar entre los vecinos del narcopiso de la calle Vizcaya en A Coruña: «Es horrible»

Alejandro García Chouciño
A. G. CHOUCIÑO A CORUÑA

A CORUÑA

CEDIDO

Un vídeo muestra cómo varias personas gritan y golpean la puerta del inmueble a la una de la madrugada

01 jul 2024 . Actualizado a las 17:49 h.

«Es horrible... La situación cada vez es peor», lamentó este lunes Vanesa, una vecina de Os Mallos, sobre el problema que existe con los puntos de venta de droga en el barrio. «En los locutorios esto es continuo. Ves a la gente consumiendo por la tarde, a plena luz del día. Tremendo todo», añadió sobre cómo se encuentra este punto de A Coruña. En esta ocasión, el foco del problema se volvió a centrar en el inmueble número 58 de la calle Vizcaya. Un vídeo grabado a las 1.00 horas de este lunes muestra cómo varias personas gritan, golpean e incluso tratan de forzar la puerta del edificio para conseguir las sustancias estupefacientes. «Esto es lo que tenemos que aguantar en la calle Vizcaya día sí y día también. Drogodependientes intentando acceder al narcopiso o para que les atiendan por la ventana», lamenta el autor del vídeo y residente el la zona.

«Sabemos que ese piso, como son propietarios, pues es un caso que está enquistado. Imagino que los vecinos harán las denuncias pertinentes. Es evidente que lo que genera alrededor no nos gusta a nadie. Ojalá encuentren una solución pronto para los residentes», señaló la presidenta de Distrito Mallos, Alba Balsa.

Más incidencias de madrugada

Este último episodio ha incrementado el malestar entre los vecinos de la calle. Algunos de ellos ya han dado a conocer estos hechos a la Policía. «Somos conocedores de lo que ocurre en ese portal, tanto por las quejas vecinales como por intervenciones de los últimos años. Se trata de un piso en propiedad y se están haciendo dispositivos estáticos de control durante el día en esa zona», explicaron desde la Asociación Profesional de la Policía Local de A Coruña.

En este sentido, los agentes del 092 indicaron que sí se está realizando la vigilancia en la zona. «Muchos incidentes ocurren en la madrugada, como el que están denunciando. Por eso estamos intentando reforzar el servicio en esos horarios, porque el volumen de llamadas es muy elevado y no tenemos los efectivos suficientes para que en esas horas podamos realizar de manera continuada una vigilancia extensa», afirman desde la entidad policial.

Sobre la actuación ciudadana, desde la asociación de la Policía Local recomiendan «denunciar estos hechos tal y como lo están haciendo. También buscar una comunicación fluida con los responsables policiales y políticos. La Policía cuanta más información reciba mejor. Bien sea a través de vídeos de este tipo o de correos electrónicos denunciando los incidentes. Esto nos facilita el trabajo».

Sin solución tras las protestas

Por desgracia, estos consejos los conocen bien los residentes de este barrio. En lo que va de año han realizado varias caceroladas y concentraciones pidiendo a las autoridades que tomen cartas en el asunto y cierren de una vez ese narcopiso. «Echar no se les puede echar porque madre e hija son propietarias, pero al menos que les hagan una redada», decía una vecina en la última protesta, mientras otra, altavoz en mano, fue enumerando los distintos problemas que crea el narcopiso.

Los afectados aseguraron que llevan tres años soportando situaciones de máxima gravedad y que fue ahora cuando decidieron dar un paso. Lo hicieron después de entrevistarse con la subdelegada del Gobierno, hace meses, «pero como vimos que poco o nada se ha hecho, acordamos salir a la calle», añadieron.

La vivienda en cuestión es el segundo izquierda. Como ese piso no tiene telefonillo, los que allí acuden utilizan una contraseña. Desde la calle, lanzan un silbido y dan dos golpes a un contenedor de basura, como se puede apreciar en el vídeo de esta semana. A veces les permiten la entrada y otras les tiran desde la ventana lo que solicitan. La propietaria es una persona mayor que no reside ahí. Quien vive es su hija, su nieta y varias personas que alquilan habitaciones. En varias ocasiones los vecinos hablaron con ellas para pedirles que se comporten e impidan a sus inquilinos traficar con droga. Cuando se les reprocha algo, «bajan la cabeza, se culpan la una a la otra o siguen su camino sin hacer caso», matizaron los residentes.

En el incidente de ayer las personas que acudieron al narcopiso mostraron su enfado al no conseguir respuesta de las dueñas del inmueble e incluso golpearon los contenedores. «¿Pero qué pasa con vosotras? ¿Estáis idiotas? ¡No se enteran!», se le escucha decir a uno de los implicados en la grabación.