John Connoly, gaditano afincado en A Coruña: «Mi exmujer y yo decidimos convivir para compartir los gastos»

C. Devesa A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Eduardo Pérez

El alza de los precios del alquiler se traduce en el aumento de la demanda de habitaciones en pisos compartidos. John creó en el 2017, cuando se mudó a la ciudad, un grupo en Facebook para buscar compañeros. En él está María José, pensionista: «Como non teño contrato de traballo non me alquilan e véxome obrigada a pagar en negro»

07 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el precio del alquiler en máximos en A Coruña, de acuerdo con el portal Idealista el coste por metro cuadrado tocó techo el pasado mes de junio al alcanzar los 10 euros —una subida de un 12,4 % con respecto al mismo mes del año pasado y de un 0,9 frente a mayo—, la búsqueda de vivienda es cada vez más complicada. Sobre todo, para quienes no pueden permitirse rentar una propiedad para sí solos y se ven obligados a compartir.

En la actualidad la horquilla de precios una habitación en alquiler va desde los 150 euros mensuales hasta los 550. El portal Idealista cuenta con 160 anuncios de este tipo, la mayoría dirigidos a universitarios, de forma que quienes ya han superado la etapa formativa no tienen apenas opciones y recurren a páginas como Milanuncios o plataformas como Facebook para buscar vivienda. En esa red social, John Connolly creó el grupo Compartir Piso en A Coruña, del que es administrador. «Lo creé en el 2017 para mí porque buscaba compañeros de piso. Ese año, tras separarme de mi pareja, me mudé desde Cádiz, de donde soy, a A Coruña para estar cerca de mis hijas», expone el hombre, de 48 años y profesor de inglés en una academia. «Mi padre es americano irlandés y mi madre de Cádiz», dice.

Después de un par de años en vivienda compartida, John llegó a un acuerdo con la madre de sus hijas. «Mi ex y yo decidimos convivir desde el 2019, sobre todo por compartir los gastos. Empezamos pagando 550 euros de alquiler y nos lo han subido a 565. Si buscáramos ahora, tengo claro que sería más caro. Mi madre, que es pensionista y el año pasado también vivía en A Coruña, pagaba 650 euros por un piso en la ronda de Nelle», explica John, que cuando llegó a la ciudad tenía la idea de vivir solo. «Era ya imposible por los precios, que han seguido subiendo. Los dos primeros años compartí piso con tres universitarios en Os Castros. Pagaba 275 euros», dice.

El gaditano decidió mantener abierto el grupo de Facebook al detectar que había mucha demanda de alquiler compartido en adultos. «Hay muchos anuncios de familias con hijos que buscan habitaciones en pisos compartidos para vivir los cuatro. No son solo personas solas las que se ven obligadas a vivir con desconocidos. Hay a quienes también se les complica alquilar una vivienda entera porque, además de nómina y fianza, les piden seguro de impagos».

Alfonso, Alhorus, busca piso con tres compañeros
Alfonso, Alhorus, busca piso con tres compañeros

Entre los que buscan ahora piso está Alfonso Martínez, conocido como Alhorus, de 24 años. «Vivo con tres compañeros. Pagamos 700 euros, pero tenemos que irnos del piso, cerca de la estación de tren, porque dueños han subido el precio y se lo han rentado a unos trabajadores de la obra de la intermodal», expone el chico, que trabaja como dependiente y acaba de finalizar un ciclo superior de FP. «Está complicado. Cada vez hay menos oferta y los que son para compartir son para estudiantes y, el resto, para familias o parejas. Además, como nos ven jóvenes, aunque trabajemos, les causa más desconfianza», lamenta.

María José, pensionista: «Como non teño contrato de traballo non me alquilan e véxome obrigada a pagar en negro»

Tiene 47 años y lleva 15 compartiendo piso. «Ao divorciarme pasei a buscar vivenda», indica María José, que prefiere no revelar su apellido. En su caso no trabaja, ya que tiene reconocida una incapacidad total permanente por la que cobra una pensión de 600 euros.

Su edad tampoco parece jugar a favor a la hora de buscar vivienda. «Moitos particulares poñen un máximo e din que é pola convivencia, xa que pensan que as persoas maiores que comparten poden ser problemáticas», indica la mujer, que en la actualidad paga 290 euros por una habitación en el Agra do Orzán. «Teño que pagar en man, non me deixan facer transferencias nin empadroarme, xa que non teño contrato. Comparto cun home», dice la mujer, que añade: «Nun dos pisos nos que vivín a dona botounos a bronca por ter todo gardado en bolsas de plástico. Non entendía que aí está toda a nosa vida, xa que no armario da habitación non colle. Tamén gardo aí a comida, xa que teño convivido con drogadictos e alcohólicos e collíanme cousas».