Gil-Delgado Crespo publica «Y volcanes en el mar» en honor a su abuelo
22 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En su más reciente novela, José Enrique Gil-Delgado Crespo (Madrid, 1944), apasionado de la novela histórica, filólogo y escritor, presenta la historia de un desconocido personaje coruñés: el coronel Ignacio Crespo Coto (A Coruña, 1871- 1938), y sus peripecias en las batallas por la defensa de las últimas colonias en Filipinas durante el siglo XIX.
—¿Qué le inspiró a escribir la novela histórica «Y volcanes en el mar»?
—Me inspiró precisamente la figura de mi abuelo materno, el coronel Crespo Coto, que participó en las últimas batallas por conseguir que Filipinas siguiera siendo española. Fue su historia la que me inspiró.
—¿Qué papel desempeñó su abuelo?
—Él es el personaje principal de la historia, acompañado de otra serie de personajes, todos ellos reales. La novela narra diferentes peripecias, desde los primeros años de vida en su Coruña natal a los estudios que realizó en la academia militar de Ferrol. Posteriormente, trata su incorporación al regimiento número 3 de Infantería con destino a Filipinas. Por lo que, una vez que acabó sus estudios en la academia, fue nombrado segundo teniente y fue como voluntario. En la novela también narra su convivencia con cientos de jóvenes de campo que, a diferencia de él, viajaban obligados en ese barco a vapor con destino a la isla de Luzón, concretamente a Manila.
—¿A que se refiere con que viajaban obligados?
—En aquel momento, si querías renunciar al reclutamiento te exigían que pagases 2.000 pesetas (12 euros), lo que entonces era una auténtica fortuna. La gente del campo solía ser pobre y no disponía de ese dinero, lo que causó que la mayoría de los campesinos fueran llamados para acudir a Filipinas, Cuba, Puerto Rico... Todo esto lo reflejo en el libro y cómo se quejan los muchachos que van forzados mientras van navegando en el vapor.
— ¿Ha utilizado algún libro o documento heredado de su abuelo para realizar la novela?
—Sí, lógicamente he tenido el expediente militar de mi abuelo, en el que figuran todos sus destinos y sus participaciones en distintos actos. Concretamente en Filipinas tuvo varias participaciones destacables, aunque la más importante fue la de Novaliches. Uno de los episodios más curiosos y que obtuve gracias a ese expediente fue cuando se escapó de un campo de prisioneros con la ayuda de una nativa y con otro compañero también militar, Joaquín Cortés. Por lo tanto, todos los hechos de la novela derivan de una documentación veraz que narra un episodio de la historia de manera agradable y novelada, pues la historia escrita como historia es mucho más aburrida. De esta manera, he relatado lo que fueron las luchas de España por mantener las últimas posesiones de ultramar en el Pacífico.
—¿Qué mensaje espera transmitir a los lectores a través de esta obra?
—Quiero transmitir varios mensajes. Primero, el de la heroicidad y valentía de aquellos muchachos que murieron jóvenes por defender, en este caso, las últimas colonias de ultramar en el Pacífico. Por otro lado, resaltar el valor de aquellas gentes que siendo campesinos iban destinados forzosamente a aquellas tierras que, realmente, desconocían incluso dónde estaban.
—¿Cree que se le debería dar más voz a personajes históricos gallegos como los que menciona?
—Creo que hay muchos personajes gallegos que han trascendido en la historia. En el ámbito literario se me ocurren figuras como la de Emilia Pardo Bazán o el marqués de Bradomín. En la parte militar, digamos que poco se ha mencionado, en comparación a lo que se ha tratado de literatura o arte. En mi opinión, no se ha tocado prácticamente nada de esos militares gallegos que cruzaron el océano para ir al otro lado del mundo a defender aquellas colonias de ultramar en el siglo XIX.
—¿Cómo ha sido su experiencia como escritor de novelas históricas?
—La novela histórica está atrayendo a cada vez más lectores, esto me ha hecho escribir una serie de relatos y novelas de diversos personajes históricos: el Cid, Shakespeare, Cervantes, Magallanes, Elcano y, ahora, de mi abuelo.