David Chipperfield: «A veces regresar a lo antiguo es ganar en calidad de vida»
A CORUÑA
El prestigioso arquitecto participó en la última de las charlas organizadas por la Fundación Marta Ortega Pérez en A Coruña
29 jul 2024 . Actualizado a las 23:29 h.El ciclo de ponencias organizadas por la Fundación Marta Ortega Pérez (MOP) finalizó en la tarde de este lunes con la visita del prestigiosos arquitecto inglés, David Chipperfield, que conversó con la escritora y crítica de diseño Alice Rawsthorn. Un diálogo sobre la tradición, la calidad de vida y la sostenibilidad en torno a la arquitectura, en especial la de Galicia.
El lugar elegido para el evento fue el centro de la fundación, situado en la zona portuaria de A Coruña, donde ya se podía encontrar a gente haciendo cola desde media hora antes de empezar el coloquio, que agotó todas las entradas disponibles. Entre los asistentes, la propia Marta Ortega.
Rawsthorn, columnista del The New York Times, repasó los trabajos y logros del premio Pritzker 2023, que comenzó su charla lamentando que «las ciudades se hacen no por lo que sentimos ni tampoco por la tradición». Por el contrario, «derivan de las fuentes de inversión», un planteamiento que, en opinión de Chipperfield, desemboca en urbes «con carencias de planificación y visión, en la creación de viviendas sin comunidad».
En este sentido, subrayó que «debemos ser conscientes de los problemas de sostenibilidad y recursos» que provoca la «construcción masiva», así como del «mundo de desigualdades que puede potenciar». Frente a ello, abogó por una arquitectura al servicio de la comunidad: «Un edificio debe contribuir a la ciudad y debe conocer el contexto en el que se integra», recalcó.
Esta visión de Chipperfield, que aseguró que en su respeto por la tradición intenta «integrar lo contemporáneo y lo moderno», algo que exige «comprender el contexto, no imitando lo anterior, sino recreándolo con los avances modernos que ahora tenemos, como pueden ser los datos».
«La arquitectura tiene la responsabilidad de crear algo mejor, algo que pueda mejorar la calidad de nuestra vida diaria», agregó, y puso como ejemplo algunos de sus trabajos, como el Museo Nuevo de Berlín.
En la conversación, Alice Rawsthorn indagó en las razones de su vinculación con Galicia, una tierra que, confesó Chipperfield, «me encontré por accidente» al coincidir con Gallego Jorreto en un congreso. Desde la primera vez que pisó nuestra tierra por recomendación de su colega gallego, «me quedé con esa visión romántica y su naturaleza extraordinaria, cuya importancia se refleja en la economía, la cultura y las tradiciones», valoró. Pero, sobre todo, le cautivó «la sensación de comunidad que hay en pueblos como Corrubedo», agregó señalando la imagen proyectada a sus espaldas, una fotografía del pueblo donde tiene su casa gallega desde hace 20 años. «La comunidad y la calidad de vida con sensación de realidad», insistió, algo que echa en falta en otras ciudades en las que también vive, como Londres o Berlín.
Se refirió también al origen de su fundación, Ría, que «nació de mi frustración ante algunos elementos de la arquitectura». Al darse cuenta de que había cuestiones que se escapaban de lo que él podía hacer como profesional pero que afectaban al urbanismo y diseño de los pueblos gallegos, como el tráfico, decidió que quería hacer algo diferente. «La parte profesional de mi cerebro no podía dejar de pensar en ello y la parte turista decía que no debía preocuparme», pero finalmente eso le empujó a tomar una resolución: «Decidí no trabajar para un particular, trabajar para todos y para mí», aunque eso implicase salirse del ámbito de la arquitectura.
La reciente inauguración de Casa Ría, la sede de su fundación y estudio del arquitecto en Galicia, pretende «acoger a gente de fuera para tratar lo problemas de aquí, favoreciendo la transmisión de conocimientos y puntos de vista». Para él, «Galicia resulta de gran interés pero debe ser más participativa en atraer al progreso eficiente», consideró, un progreso que ha de basarse «en lo tradicional, no en lo industrializado». «Las aldeas gallegas tradicionales eran tan inteligentes... Estudiaban la posición con respecto a las luces solares, el control de la lluvia,.. Todo lo que ahora hemos ido sustituyendo por sistemas artificiales. A veces regresar a lo antiguo es ganar en calidad de vida», concluyó instando a un posicionamiento de los urbanistas en un entorno de recursos limitados y con graves problemas de sostenibilidad.
Proyecto de as xubias como ejemplo de cooperación
Idéntica filosofía está empezando a aplicarla en otros proyectos en Galicia, y en especial Chipperfield mencionó la recuperación del barrio marinero de As Xubias, en A Coruña. «En este proyecto contaremos con varios estudios gallegos, una colaboración con la que demostrar la responsabilidad colectiva», dijo.
«Galicia es uno de los lugares más fáciles de hacer sostenible, tiene todas las facilidades, lo que debe hacer es ordenar las ciudades de manera adecuada», consideró Chipperfield, para lo que reclamó la implicación de las Administraciones. Eso y «aprender a valorar todo su potencial para la comunidad», lo que no quiere decir que se persiga convertir los pueblos «en el próximo destino vacacional y depender exclusivamente del turismo». «Si fuese presidente por unos días, lo que haría sería fomentar la formación profesional y crear oportunidades adaptadas al contexto y necesidades de la comunidad», concluyó.