Los veranos aquí son así. Y punto

A CORUÑA

Marcos Miguez

Siempre lo fueron, pese a que nos hagamos los sorprendidos en cuanto caen cuatro gotas

02 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Anda este verano un poco loco sin que sepamos muy bien a qué atenernos. Después de un par de días de un extraño calor en el que no corría el aire, volvieron a media semana los cielos nublados. Ayer por la mañana, incluso se produjo un ligero chispeo de lluvia que obligó a sacar los chubasqueros y los paraguas. Ahí, con la grasilla de días sin agua en las aceras, más de uno tuvo que hacer equilibrios para no resbalar y terminar con su espíritu veraniego por los suelos. Pero la sorpresa tiene mucho de inercia. La misma que fingimos tener en invierno, cuando nos asola la bravura de los temporales atlánticos. Ocurre más o menos lo que lleva ocurriendo toda la vida, pero nos hemos montado una película de que eso ya no pasa. Y pasa.

Lo pensaba observando las espléndidas fotografías de Marcos Míguez publicadas el miércoles, donde se podía contemplar la punta de la torre de Hércules saliendo de una inmensa bola de niebla. Después de maravillarme con la belleza de las imágenes, recordé otras similares tomadas en la ciudad también en verano. La torre Hercón envuelta en la misma espuma blanca. O aquel histórico concierto de Tanxugueiras en el Noroeste, donde la humedad en suspensión se comía al público en la playa. Lo mismo ocurre con las lluvias. Porque todos hemos pasado tardes de verano en churrerías bajo techo. Metidos bajo soportales porque el cielo quebró la playa. Volviendo a casa sin poder ver el concierto de turno cancelado.

Los veranos aquí son así. Y punto. Siempre lo fueron, pese a que nos hagamos los sorprendidos en cuanto caen cuatro gotas. Tranquilos, que todo tiene su final y este finde el sol lucirá espléndido. Pero que nadie se extrañe si en unos días todo se tuerce de nuevo. No sería de extrañar.