Y Ariel Rot tocó en A Coruña un rock and roll en la plaza del pueblo

Lucía casal méxigos / M. C. A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El músico de Tequila y Los Rodríguez electrizó María Pita, pese a la lluvia

14 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

No acompañó el tiempo ayer en María Pita, pero los seguidores de Ariel Rot no se dejaron amedrentar. Leyenda del rock, miembro de Tequila y Los Rodríguez y desde hace años en solitario, el músico argentino subió al escenario a las 22.03 horas ante una multitud que se protegía bajo una nube de paraguas. Los primeros acordes de Vals de los recuerdos abrieron el concierto, seguidos del saludo de Rot a los fieles, que no dejaban de llegar. «Es impresionante el cariño que le tengo a este lugar. Es la tercera vez que toco en esta plaza y cada vez es mejor», confió el cantante después de tocar Hasta perder la cuenta, seguida a compás por las palmas y los pies del público, que ya habían plegado los paraguas.

Algunos, visiblemente emocionados, captaron desde las primeras filas la atención del artista. «Público sensible esta noche y mucha melancolía, en el buen sentido», bromeó antes de presentar al teclista Tito Dávila, que emocionó con Adiós carnaval. Rot quiso encadenar con Dos de corazones, pero falló en el intento. «Está difícil tocar con esta humedad», dijo entre las risas de los presentes, que aplaudieron para quitarle hierro. «¡Se me traba la mano!», añadió, saliendo airoso del paso.

Llegó entonces el turno de Quiero besarte, que transportó a María Pita a otra época, años 70 aún, plena Transición, cuando Tequila reinaba en España. El blues también secuestró el escenario al ritmo de un solo de guitarra, acompañado de cabezas que asentían con la icónica Rock and Roll en la plaza del pueblo.

«¿Seguimos con rock?», preguntó el artista. Los presentes, que se dejaron la voz en la respuesta, bailaron con Rock en el ascensor. Llegados a este punto, era complicado calibrar quién estaba disfrutando más: el público, que coreaba «hagámoslo de parado, hagámoslo de pie», o el sonriente argentino, que apenas podía ocultar su felicidad. «¡Los Rodríguez!», gritó alguien. «Ya vendrán, ya vendrán», anticipó el vocalista. Y no mintió. Solo una canción después llegó Me estás atrapando otra vez. «El que no baile está muerto», advirtió. Pero el público parecía más vivo que nunca. En María Pita no había un alma quieta. Tanto fue así que cuando Rot intentó despedirse las peticiones de «otra, otra» no lo permitieron. Concedió entonces Hace calor y la lluvia regresó.